Capitulo 14

218 9 5
                                    

Había pasado un a semana en busca de la sagrada tierra Marijois Read, una isla en que la castaña Ellenabeth desea llegar lo mas pronto posible. Su pasado y presente depende de la informaciones que obtenga en ella.

La vida es tan incierta odiar a una persona y resultar que era a tu propia madre...

Ellen miraba al horizonte cruzada de brazos, la suave brisa de la mañana acariciaba su rostro como igual jugaba con su melena castaña. Contemplaba la actitud del mar, estaban en mares del nuevo mundo y de ellos te puedes esperar de todo. Se quedo haciendo guardia, ella misma debía cuidar de la ruta planteada y esta semana fue un desastre. Dos días de navegación se perdieron cuando se quedaron en una isla para buscar provisiones y también contar aquellos días en que fueron atacados por los cambios radicales de clima, no se había avanzado mucho y aquella isla estaba lo suficientemente lejos. Ella misma se había tomado mando de la navegación después de hablar con su padre porque lo que le contó le cayo como un balde de agua fría y si todas sus preguntas iban a ser respondidas al llegar aquel lugar, era mejor que ella misma trazara la ruta.

-Ellena- la voz de Jozu hizo que la castaña que estaba sumida en sus pensamientos volteara a ver para así; encontrase con Jozu y Izo que tenia su mirada puesta hacia otro lado, aun el no se atrevía a verla a cara.

-Ve a descansar, yo te tomare la guardia.- Pidió el comandante.

Ellen volvió su mirada al horizonte de aquel mar azul, no le gustaba la idea de dejar su puesto en estos momentos pero tenia todo el día de ayer y la noche en las afueras del barco custodiando las corrientes marinas, viento y clima. Ni siquiera había probado bocado, estaba sumida en eso que ni sentía hambre. Con mirada determinada volvió a posar su mirada en Jozu, negaría su petición. Ella seguiría hay al frente de la navegación.

-Es orden..- Dijo inmediatamente el comandante de la segunda división, por aquella mirada de su compañera, eso le era un rotundo "No". La conocía sabia que cuando algo se le metía a la cabeza no lo dejaría a un lado así por así. Últimamente su antigua alumna se había posicionado al mando de la navegación y claro esta, que se mal humorada cada vez que había un cambio o el clima se colocaba en su contra.

La castaña abrió los ojos con desmesura, ¿Que era lo que dijo? ¿Una orden?, desde que momento se había vuelto un subordinado de las demás divisiones, pero esperen un momento. Era verdad ella había abandonado y traicionado la banda, no tenia derecho a replicar al fin de cuentas ya tenían un nuevo comandante. Apretó con fuerza sus puños, agachando su mirada le daban una orden su superior y no debía desobedecerla.

-Como ordenes..- Dijo fríamente la castaña. Empezando a caminar en dirección de su camarote, nuevamente la ordenanzas de Jozu se escucharon.

-Antes pasa al comedor...- Dijo mirando de reojo a Ellena. La castaña de igual manera dio una leve mirada para así ver la espalda de Jozu como la de igual la Izo, bufo por debajo para así dirigirse a aquel lugar.

...

En un plato de comida reposaba un rostro lleno de pecas, parecía haberse desmallado y ningunos de sus compañeros hacían algo por él. Lo conocían y sabían que eso era  típico ya en todas las mañanas verlo hay tirado sobre su propia comida. Marco conocido como el fenix estaba de lo muy concentrado leyendo el periódico de hoy, no se molestaba por ayudar ha ese pecoso de seguro pronto se levantaría para volver a devorar todo. Thatch que se encontraba al lado de Marco tampoco movía un musculo, solo seguía buscando por todos lados a la castaña del barco. Cuando dirigió su mirada a la puerta pudo ver como una Ellena entraba con su entrecejo fruncido, de seguro que Jozu la hizo molestar.

-¡¡Ellena-chan!!- Grito Thatch. Marco a escuchar ese nombre miro de reojo a la joven para así volver a su lectura.

Ellen miro a su compañero que saludaba con una enorme sonrisa a ella como igual señalaba un lugar vacío en la mesa. Al acercase pudo notar como Ace tenia su cara metida en la comida; dio un leve bufido, ese idiota sufría esa enfermedad. Narcolepsia, gracias a ella paso unos de sus sustos mas grande de la vida, como se atreve a caer como roca en su balsa en medio del mar. Con una mirada de pocos amigos tomo asiento al lado del él.

Lo IndeclinableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora