Degel tomó entre sus manos el dije del collar que Kardia le había regalado, estaba ahí en el último lugar donde estuvieron juntos sonriendo, amándose en silencio de la forma más inocente y pura. Dejó escapar una gruesa lágrima que luego fue acompañada de otra, el atardecer se hacia presente con sus tonos azules y naranjas y para él era otro día sin Kardia.
—Degel— el mencionado secó sus lágrimas volteando hacia la voz de su compañero Manigoldo que acababa de llegar a su antiguo lugar de reuniones con Kardia.
—¿Qué pasa?— susurró de nuevo mirando hacia el horizonte.
—Llegó a escorpio— el acuario se giró de nuevo con rapidez ante aquella afirmación, ni siquiera espero que el santo terminara de hablar, corría directo hacia la octava casa perteneciente al escorpión celeste.
—¡KARDIA!—gritó llamando la atención de todos sus compañeros que giraron hacia el recién llegado, el santo de la onceava casa se abrió paso entre todos ya que todos estaban reunidos en la entrada.
—Degel, no...— susurró Shion tomándolo de su manto, pero ya era tarde Degel quedó petrificado ante la escena, dos caballeros de bronce bajan con cuidado el cloth de escorpio en la entrada del mismo, sus manos empezaron a temblar sus compañeros sabían la relación tan estrecha que tenían los dos santos, no era para nadie un secreto que acuario y escorpio se amaban.
—Bueno chicos ya se acabó el espectáculo fuera— dijo Shion empujándolos a todos con ayuda de Manigoldo.
—Quédate todo lo que quieras, Manigoldo y yo los mantendremos lejos— Degel sólo asintió sin mirarlos, aun podía sentir su cálido cosmos en aquella armadura. Se arrodilló frente a la cloth y la abrazó con fuerza.
—Es tuyo amigo mío, nunca me alcanzará la vida para agradecerte por todo— susurró quitándose de su muñeca el colgante de Kardia—. Una parte de mí para ti y una parte de ti para mí— indicó tocando ahora el dije que descansaba en su pecho, una parte de él sabía que Kardia lo escuchaba —. Me escuchas— pegó su rostro a la cloth— Perdóname, sólo quédate conmigo, me escuchas regresa... ¡KARDIA! ¡REGRESA!— abrazó con fuerza el frio metal, ya casi no se sentía el cálido cosmos de su dueño, él se estaba alejando y no podría evitarlo.
"Ser encontrado por Khrest fue lo mejor que me sucedió en toda mi vida. Me trajo a ti. Y estoy agradecido por eso, Degel."
—Lamento no haber sido más fuerte y llegar a tiempo, Kardia— murmuró dejando por fin escapar una lágrima—. Tú siempre lograste sacar a relucir partes de mi que me avergonzaban, pero que a la misma vez me hacían más humano— indicó abrazando con fuerza lo único que quedaba de el.
—Él sabe que no eres el culpable, y te aseguro que donde está, reza por tu felicidad— el acuariano se puso de pie para rendirle honor a su diosa que corrió abrazarlo—, Kardia nos cuida Degel, él está con nosotros, aquí— dijo Sasha señalando el corazón del caballero, quien sonrió ante lo irónico de las palabras.
"Sabias que tu nombre proviene de la palabra griega Καρδια (kapola) que significa "corazón".
Degel dejó escapar una sonrisa amarga acompañada de lágrimas ante las palabras de la diosa, recordaba aquella vez que le había dicho a un sorprendido Kardia que su nombre significaba corazón.
"Fui abandonado al nacer por este defecto, pero tu Degel te has quedado conmigo a pesar de todo, eres prácticamente el dueño de mi corazón y mi vida, sin ti yo no existo"
Aquella tarde fue la ultima vez que habló con alguien, se encerró en su propio mundo donde Kardia aún le sonreía y le acompañaba en su eterna soledad, una donde aún se reunían en las tardes bajo aquel manzano a hablar de tonterías.
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The Snow Queen "Crystal Knight"
Fantasía¿Que es lo que te muestra el espejo?¿Que es lo que deseas ver? Quizás una historia jamas contada guardada recelosamente en sus ahora perdidos fragmentos, pero ahora cada fragmento de aquel espejo cuenta una historia nueva una que nos lleva a un fi...