Promise

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--¡Hey!-- Chillo Miura, -- el llorar porque una chica te rechaza es patético. —anuncio, el peli-negro levanto el rostro.

--Que si duele—aclaro con los ojos hinchados.

--Hay cosas peores—recrimino ella. – mucho peores.

El chico rio -- ¿Cómo cuáles?

--Perder a la persona que quieres, a la que está siempre en tu lado, que abras un bote de galletas y allí solo se encuentren hilos...-- ante lo último se limpió una lágrima imaginaria.

Kuroo soltó una risa.

--Además, como buen paraguas que soy, debo impedir que la lluvia te moje—sonrió para luego ayudarlo a levantarse.

Este se levantó, y lo primero que sintió fue como Miura le echaba agua encima.

--¿Por qué?—murmuro enojado.

--Para que piensen que te moje y no que estuviste llorando. —la castaña le miro de forma infantil, ante lo cual el no pudo darle ningún golpe.

La chica se dirigió hacia la puerta, y desde afuera le dedico unas últimas palabras de aliento.

--Recuerda, si quieres llorar, no lo hagas frente a los demás, solo hazlo frente a mi ¿sí? Porque nosotros somos uno y siempre nos apoyaremos, así que ¡fighting!

Y termino la oración con una sonrisa.

Kuroo juraba que aquella sonrisa era de las más hermosas que le había otorgado.

(...)

Tercer año, Preparatoria nekoma.

A veces cierro los ojos y me abandono a pensar en ti

Te imaginas esa imagen mía y a pesar de mi torpeza, sigues queriéndome

Pero ¿Merezco que me ames?

--Por favor, ayúdame—pidió el chico, con una sonrisa y los ojos brillando.

El corazón de Miura se rompía con cada palabra.

Internamente se gritaba si misma que se negara, pero ella era estúpida y se negaba a escucharle.

--Claro, Harumi y tu formarían una pareja increíble—asintió con la cabeza, mientras limpiaba unas lágrimas.

--¿Estás bien?—la pregunta fue directa al ver las pequeñas lágrimas de la chica.

--Si, solo me entro algo al ojo—mintió—Hare lo imposible hasta verlos juntos.

El chico le miro extrañado — Gracias por intentarlo, Miura, recuerda que siempre estaré ahí, recuerda que te quiero. —al decir las últimas palabras, la castaña se retiró del salón.

¿Realmente merezco que me quieras?

Al salir de la escuela solo veía la lluvia que se había desatado.

Era como si el cielo supiera lo que ella sentía en esos momentos.

--Te amo.

En un leve susurro acallado por el sonido de la lluvia, aquellas palabras fueron pronunciadas.

(...)

Tú, que siempre has estado esperándome,

Tú que me estrechas entre tus brazos

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2016 ⏰

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