Cuartel general de la marina. Oficina de la Vicealmirante Tsuru.
-Aun estando una distancia considerable, ella pudo sentirlo...- Relato Garp serio. - Su haki de observación es mucho mas fuerte que cualquier otro...- Poso su mirada en la mujer que se encontraba al frente de su escritorio de brazos cruzados escuchando atentamente lo que decía su compañero.
Tsuru una mujer delgada y de edad avanzada, con el cabello gris recogido en un moño. Su vestimenta informal que consistía en: una camisa azul holgada, con las mangas arremangadas, una corbata, pantalones largos y en sus hombros descansa su capa de marine. Su rostro estaba serio por lo que le había contado Garp sobre el incidente de la isla y como callo desplomada la gemela ante la muerte de civiles inocentes. Llevaba cuatros días inconsciente y en estos momentos se encontraba en el hospital del Marina.
-Lo mejor es que se quede...- Hablo Tsuru. -No puedes llevar contigo a una capitana que todavía es débil.- La sentencia dada por Tsuru hizo que la mirada Garp bajara al Té que estaba en la mesita donde él se encontraba.
Lo que decía ella era verdad aun su nieta no tenia el poder suficiente para zarpar a los mares en busca de criminales fuertes, ni siquiera se comparaba al terrible poder de su hermana mayor, Ellenabeth. Si aun no podía controlar su haki a totalidad era demasiado débil ante situaciones peores que la que se presentaron.
-Entonces la dejare a tu cargo...- La vicealmirante al escuchar aquello alzo sus cejas extrañada. Garp que noto la cara de su compañera solo sonrió, ella era perfecta para que Ellizabeth se volviera mas fuerte. - Tu sabrás como darle un buen entrenamiento..- Dijo mientras se levantaba del sofá. - Bien, debo atrapar a ese maldito.. Bwa ha ha ha... -Garp río estruendosamente, el momento seriedad se había acabado cuando el había encontrado una solución.
Tsuru vio como su compañero se iba, le dejaba ha su cargo a una marine que en estos momentos estaba en una sala de rehabilitación. Ni tiempo le dio de protestar, Garp haciendo de las suyas al igual que sus nietos.
***
Los ojos somnolientos de Marco se cerraron para así poder sentir la leve brisa marina que hacia mover su cabellera revuelta, llevaba rato recostado de la barandilla superior, mirando como algunos de sus hombres y de otras divisiones intentaba reparar una de las velas rotas. El clima infernal del nuevo mundo había causado que algunas de la velas fueran rasgadas durante ese temporal, pero del resto que algo grave hubiera pasado, no. Todo seguía como siempre. Su cara de aburriendo se notaba, durante estas tres semanas navegando no había nada que le llenara de adrenalina su cuerpo, la ruta seguía su rumbo a la famosa isla Mariejois Read, en estos momentos entendía bien como se sentía el moreno pecoso que se hallaba acostado en el suelo de cubierta juntos con los subordinados, intentaba ayudar, pero cada vez que colocaba sus manos un pedazo de tela se quemaba, así que lo mejor era tirarse con los brazos estirado a cada lado en suelo.
-Me moriré si sigo viendo mar..- Se escucho la queja Ace.
-Jajaja.. comandante solo falta poco llegar a la isla, no se desespere..- Dijo un hombre de complexión delgada, su cabello marrón oscuro que claramente estaba mas desordenado.
-Te lamento decir que según Ellena, estamos tres días de ver una isla..- Intervino Marco que miraba a su compañero desde su lugar.
-¿Tres días?- Exclamo el pecoso.- ¡¡Moriré de aburrimiento!!- Las risas por parte del grupo no se hicieron esperar, sabían bien que el comandante de la segunda división, no era persona de estar enjaulado por mucho tiempo y tres semanas sin pisar tierra firme para él era una tortura.
Ace se levanto, acomodo su sombrero, subió las escaleras para así subirse en la barandilla en la que se encontraba Marco. Miro el mar en busca de isla o algún navío que le diera diversión por lo menos un rato, pero nada, solo encontró fue el ancho mar que se expandía por todos los lados. Con leve suspiro frustrado bajo, recostó su espalda en la baranda mientras se cruzaba de brazos.
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Lo Indeclinable
FanfictionQue pasaría si el gran puño de fuego no muriera si tal solo un cambio en su vida lo hace vivir y desear a una mujer que le hace perder sus estribos. Ellenabeth d Meru hace lo imposible para que su gemela se convierta en un alto rango de la marine pe...