¡Oh, oh. Mi papá ha llegado!
Y viene con... ¿Mi mama? Pero si ellos no se llevan bien, también esta mi abuela y mi prima.
Son las 6:00 pm, debería estar en casa, debería estar viviendo en casa mejor dicho. Pero estoy aquí. ¡Mi papá me matará! Piensa en una idea, Amanda. Piensa, piensa y... ¡Ya esta!
-Ayudame a bajar por el balcón.-Le digo a Sebas en un apuro.
-¿Qué? ¿Estás loca? No bajarás por mi balcón, no vaya a ser que te caigas- me mira horrorizado.
¡Ay! Pero que romántico mi novio cuando me llama loca. *tos* Sarcasmo *tos*.
-Sebas, necesito estar en ni casa ya. La única manera es bajando por aquí y hacer como si estaba en el patio lavando ropa- digo como si fuera obvio.
-Okay, pero yo bajaré primero para atraparte- lo fulminó con la mirada, pero luego de unos segundos, suspiro y me resigno a que no aceptará un no por respuesta.
- Esta bien, vamos-. Baja de un brinco, yo lo sigo deslizándome por las rejillas con sumo cuidado de no tropezar. Me suelto y él me atrapa.
Cuando estamos en el patio de mi casa, me pongo a mojar algunas ropas de forma acelerada. Menos mal traje las llaves conmigo porque había dejado todo con seguro. Se las entrego a Sebas, le digo que le quite el seguro a la puerta y lo hace. Se pone a ayudarme a exprimir y tender la ropa en las cuerdas. En eso, mi prima entra (o sale, ya que el patio queda detrás de la casa) y abre mucho los ojos al ver a Sebastián. Ya se partió, ya. Me dice mi conciencia.
-¡Abuela! Ya la conseguí-. Se voltea para gritarle y luego vuelve su cara hacia nosotros-. Hola, Amanda. Buenas noches, quien quiera que seas.
Esa mujer a veces puede ser tan odiosa.
Mi abuela sale al patio seguida de todos los demás, nos miran a mí y a Sebas alternativamente medio sorprendidos y medio pensativos.
-Hola, familia. ¿Cómo están?- Trato de sonar casual y lo logro.
-Bien- responden al unísono.
-La bendición- les digo mirándolos como una niña pequeña.
-Dios te bendiga hija-. Vuelven a responder al unísono. Están muy callados, eso no es normal en ellos. Frecuentemente están haciéndole bullying a alguien o hablando de cualquier cosa. Imagino que no saber de Sebas les abruma. Pero a mamá no se que le pasa, ella ya sabe de él. Y como si hubiese leído mi mente, mi mamá rompe el hielo acercándose a mí para darme un abrazo.
-Hija, si estas grande-. Siempre me dice lo mismo-. Presentanos a tu amiguito- me susurra en el oído mientras me abraza para que nadie lo note.
- Mamá, papá, abuela, Dayana, él es Sebastián Di Lorenzo- digo apuntándolo con mi dedo índice-. Mi novio-. Susurro apenada. Es el primer novio que les presento ¿Qué digo? Si es el primero que tengo. Estoy tan nerviosa por sus reacciones.
-Un gusto, Sebastián-. Mi mamá le tiende la mano emocionada.
-El placer es todo mío, señora-. Responde Sebastián estrechándole la mano. Se acerca mi prima y luego mi abuela quien lo ve con recelo. Finalmente mi papá se acerca desafiante y le ofrece la mano.
-Señor Di Lorenzo, un gusto-. Esboza una sonrisa que no llega a sus ojos.
-Igual para mí, señor Altobelli- dice Sebas nervioso y asustado por la presencia imponente de mi padre, pero lo disimula bien.
-Pasemos a casa, prepararé la cena-Dice mi mamá tratando de aligerar la tensión. Todos le hacemos caso y entramos.
Sebastián me hala con él para hablar conmigo en privado, mi papá se da cuenta y lo mira horrible pero sigue caminando. A lo mejor piensa que nos besaremos a escondidas para entrar y actuar como si nunca nos hubiéramos besados antes. ¡Por Dios, papá! Ya tengo 19 años ¿Sí?
ESTÁS LEYENDO
No soy suficiente
Teen FictionAmanda tiene 19 años, es una chica que parece segura de si misma, pero la verdad es que, a raíz de los constantes "no sirves para nada" de su padre, se ha creado una imagen de insuficiencia en ella misma. Amanda nunca había tenido un novio, hasta q...