esclavitud

460 38 12
                                    

Esclavitud...

Que palabra más frágil para un mundo actual...

Esclavitud es el sometimiento de una persona a su dueño o superior, una esclavitud puede pasar de un hermoso jardín de rosas a un infierno si es que el dueño así lo desea, también se denomina a esclavitud a una explotación laboral o sexual.

¿Un ser puro e inocente podrá soportar un nivel duro de esclavitud, perdiendo el dominio de su propio cuerpo?

El reloj marcaba una hora errónea y las goteras dejaban entrar un frio insoportable al pequeño cuarto donde se encontraba, el comienzo de un sueño relajante había quedado en un recuerdo lejano y un tanto distante.

Toda esperanza y rastro de felicidad se había perdido cuando fue secuestrado a los 9 años cuando iba de camino a casa, recordaba que ese día era su cumpleaños, pero las cosas se complicaron cuando un auto negro se paró frente a él y dos hombre fornidos bajaron a secuestrarlo, desde ese día todo lo que una vez conoció como "felicidad" se fue extinguiendo.

Su primer cliente fue a los 10 años un día después de secuestrarlo, era un hombre guapo que lo trato como si se tratara de una muñeca de porcelana, nunca lo olvidaría, su piel blanquecina y fina, sus ojos inocentes y fríos, pero aun así para él a esa corta edad fue traumático cambiando su periodo feliz de vida del infierno en el cual vivía cada día.

Después del cliente numero 20 decidió dejar de contar, esto se le hacía más doloroso, pero durante los 10 años de "trabajo" sentía cierto miedo a salir de ese lugar, del rechazo por la basura en la cual se había convertido, un prostituto al cual poco le importaba su moral y vida, un pedazo de carne que se había podrido cuando empezó a restarle importancia a sus violadores, o como ahora le llamaba, "clientes"

El frio se hizo más duro cuando la puerta se abrió, se levantó un poco dolorido por los golpes y caminó hasta la puerta abierta, tenía posibilidad de escapar, pero eso ya se había eliminado de sus preocupaciones, ya nadie le aceptaría con los pecados cometidos.

Cerró la puerta y volvió a sus vanos intentos de dormir, estaba solo, mayormente llegaban en la mañana cuando traían "más mercancía" pero eso dejó de importarle, muchas cosas dejaron de importarle al ya haber pasado por mas dolores de los cuales su mente pudo recordar.

Cuando pudo, por fin, cerrar los ojos para dormir un fuerte ruido lo despertó, alguien había entrado a su cuarto, su cuerpo se puso tenso y se preparó mentalmente para un "cliente" más, su respiración se hizo difícil y su rostro empalideció, se levantó al instante y arregló la poca ropa que llevaba puesta, dio un paso avanzando hasta la puerta, suspiró armándose de valor y salió del pequeño cuarto.

Cerró los ojos aliviado, sólo era uno de los empleados del lugar, soltó una pequeña risa irónica, por la antigua preocupación que había tenido, preocupación ya innecesaria, ¿cómo pueden romper algo ya roto?

- Alístate - dijo el hombre lanzándole ropa un tanto más decente

- ¿Viene alguien? - preguntó viendo la ropa, que parecía de universitario - ¿un cliente?

- Vienen nuevos - El hombre caminó a la salida del cuarto - el jefe te eligió a ti para que los cuides y que les enseñes a cómo comportarse, varios clientes nuevos llegan mañana en la noche y la mayoría pide algo nuevo, hazlo bien si no quieres golpes en tu hermosa cara como ayer

- Lo haré bien - susurró un tanto miedoso observando la puerta cerrada

Se alistó inmediatamente y ordenó un poco su deteriorado cuarto, vio su reflejo en una ventana rota y decidió bajar a recibir a los nuevos, escuchó pequeños sollozos, bajó las escaleras un poco más despacio armándose de valor para recordar el primer día que piso esta casa, el día que lo secuestraron.

Un futuro contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora