- Ahora sí, no te escapas, cuéntame qué le pasa a mi bebé hermosa -dice mientras pone voz de bebé y la toma de la mano.
- ¿Qué desean? -pregunta el camarero.
- Dos cafés, uno con leche y cuatro cucharadas de azúcar, y el otro.... -Any comenzó a explicarle lentamente al joven cómo le gusta la bebida a su amiga.
- ¡Vaya! Veo que todavía te acuerdas después de tantos años -expresa Dulce, una vez que el camarero ya se había alejado.
- ¡Pues claro! Recuerda, me acuerdo de cada uno de los detalles de las personas que verdaderamente me importan en esta vida -contesta Anahí mientras mira tiernamente a Dulce.
- Te quiero -responde Dulce con los ojos llorosos y levantándose para abrazarla.
- Ya, en serio, dejémonos de tanto sentimentalismo porque si no, nos vamos a poner a llorar -propone mientras se seca las primeras lágrimas que recorrían sus mejillas.
- Dime, ¿qué te tiene tan preocupada? -continua la rumbera.
- No me lo vas a creer, estoy trabajando con Christopher, nuestro Christopher Von Uckermann -dice Dulce mientras se ríe ante la difícil situación de trabajar con él.
- Sí, claro, y yo estoy casada con Poncho. No me vaciles Dul, sé que Chris está enfrascado con el cine y su música, ya no actúa en novelas -rebate tranquilamente a su amiga.
- ¿Y quién te dijo que participa como actor? Fue el encargado de escribir y cantar la canción principal, sin embargo por diversos motivos, dicha canción se quedó como una de las de salida de la novela y todavía no se ha emitido. Actualmente forma parte del equipo de musicalización del melodrama -explica la villana.
- No, no manches. ¿Es en serio? Trabajas de nuevo con Ucker -vocifera Any ojiplática, sin dar crédito ante tal situación.
- Sí -responde con alegría y tristeza, entre risas de nerviosismo.
- Al principio, se comportaba de una manera amable conmigo, luego cambió completamente y comenzó tratarme de forma distante. Después me explicó los motivos de esa reacción, y de nuevo volvió a ser simpático. Sin embargo, no sé por qué, un día modificó de nuevo su personalidad hacia mi persona, y así continuamente. Hasta hace un par de días, cuando me escribió una carta en la que explicaba, más o menos, los motivos de su actitud, me pedía disculpas, y prometía ser conmigo lo más parecido al Chris que yo conocía desde hacía años -continuaba la muchacha relatando su situación con el greñudo.
- Como en RBD, ¿pero igual, igual que en los conciertos? -preguntó pícaramente.
- Ya, es en serio, como amigos, como buenos amigos -contesta Dulce molesta.
- Vale, no te enfades -intenta disculpase con la muchacha.
- Pues lo dicho, ¡esta actitud bien bipolar me tiene desconcertada! -exclama la joven harta de esa situación tan incómoda.
- Dul, él es mi amigo, pero tú también. Si se comporta de esa manera tan infantil, ignórale, no le prestes atención. Ya se cansará de ser así y empezará a portarse como un adulto la mayor parte del tiempo sin esos cambios de humor tan repentinos. Y si no ocurre esto, no te preocupes, el Christopher de ahora no es cómo el de antes, y por tanto no merece la pena que sufras o te encuentres intranquila por él. Sin embargo, lo más importante es lo siguiente: ¿tú que sientes exactamente por él? -pregunta Anahí con voz seria y comprensiva.
- Any, no sé -dice triste- siento muchas emociones hacia él, pero no sé cómo explicarlas. Me da alegría cada vez que lo veo entrar por la puerta del foro, esperanza cuando siento su cuerpo cerca del mío, pues pienso que va a saludarme dándome un beso en la mejilla, lo cual ocasiona a la vez que el corazón se me acelere sin explicación alguna. Sin embargo, me produce tristeza su actitud hacia mí, añoranza su personalidad distante en comparación con la cercanía de antes, ira sus cambios de humor constantes... Podría seguir así años, podría decirte los mil sentimientos que me origina su presencia. No obstante, continuaría sin nada en claro. No sé qué es lo que siento por él exactamente -responde Dulce dubitativa, con millones de emociones encontradas en su interior.
- Yo sí, se llama amor, y el tuyo es tan bipolar porque la persona por quien lo sientes es así -contesta relajadamente mientras esboza una sonrisa.
- Pero... Any, no... Yo no puedo sentir eso por él, es imposible, él está... -comienza a negar descontroladamente.
- Ya, Dulce, no te preocupes, no es tu culpa. Tú no puedes mandar en tu corazón. Mira, tú actúa del modo que te acabo de decir, si necesitas hablar con alguien, aquí estoy, no dudes en llamarme. Y tranquila, tu secreto está a salvo conmigo -se levanta para darle un tierno abrazo, al cual la muchacha corresponde diciéndole al oído, mientras sus mejillas comenzaban a mojarse por las lágrimas que brotaban de sus ojos, "gracias Any, te quiero mucho".