No voy a poder sin vos.

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Narra Gonzalo:

No aguanto más los nervios, está tardando mucho. 

- Ya debería estar acá - le digo a Melina impaciente. 

Ella se ríe - Gonza... se fue hace media hora. 

- Es un montón - le digo molesto, me está tratando de exagerado. 

- No sabemos cuánto dura el estudio, relajate... - me dice divertida y yo pongo los ojos en blanco. 

Alai aparece, viene llorando y se sujeta el vientre con las manos ¿Qué le pasó? ¿Qué tiene? ¿Será algo malo? 

 ¿Y? - le pregunto preocupado - ¿Qué pasó? ¿Por qué tenés esa cara?

- Es... Est... Estoy em... Estoy embarazada. 

¿Qué acaba de decir? ¿Que está qué? Mi mandíbula cuelga en mi cara y no cae al suelo solo porque está pegada a mi cabeza. 

- ¿Qué? - seguro escuché mal. 

- ¡Amiga! - Melina la abraza con fuerza feliz. 

Entonces escuché bien, Alai está embarazada. 

- ¿Pablo? - le pregunto nervioso, puede ser una pregunta muy obvia pero en el tiempo en que estuvo secuestrada pueden... ¡Dios! nunca le pregunté si la tocaron. 

- Si Gonza, estoy embarazada de Pablo. - me dice ella con un hilo de voz y no consigo saber si está contenta o triste. 

Me acerco a ella lentamente y abro los brazos, ella me rodea con fuerza la cintura y esconde la cabeza en mi pecho, la abrazo y beso su cabeza. No puedo determinar lo que siento ¿Estoy feliz? ¿Estoy celoso? ¿Me molesta? 

- Los dejo solos - nos dice Melina y me guiña un ojo antes de irse. 

- Em... - me tiembla la voz - ¿Felicitaciones? - ¡Dios! ¡¿Por qué se lo estoy preguntando?! 

- Gonza... - susurra ella y me alejo un par de centímetros para mirarla a los ojos - Tengo miedo. 

Beso su frente - No tenés que tener miedo. 

- Pero mi bebé va a crecer sin su papá y estoy sola - me dice con la voz quebrada. 

La abrazo otra vez - Yo voy a estar con vos. A ninguno de los dos le va a faltar nada - No podría dejarla sola, está esperando un bebé del amor de su vida, que era como mi hermano y a pesar de todo lo que pasamos, de las peleas y el enojo, ahora entiendo lo mucho que la amo a ella y lo mucho que lo quería a Pablo. Voy a cuidarla a ella y a ese bebé por él, pero también por mi, porque quiero hacerlo. 

- Vamos a casa princesa, esa pancita tiene que descansar y comer bien. - Seco sus lágrimas y volvemos al departamento. 

En el trayecto miro de reojo su panza, trato de descifrar si ya está creciendo. 

- Apenas se nota - me dice Alai y me sonrojo, no sabía que me estaba mirando. 

- ¿Lo viste? - quizás ese estudio que fue a hacerse era una ecografía. 

Asiente. 

- ¿Cómo es? - le pregunto emocionada. 

Veo sus ojos iluminarse por primera vez en meses - Es muy chiquitito, una de sus manitos se movía como si tratara de acariciar mi panza desde adentro.

- ¿Puedo acompañarte a la próxima ecografía? - se lo pregunto con timidez, quizás ella prefiere ir con Melina o con Juli. 

- Si, obvio que podés - Le sonrío. Ya quiero conocer al mini Pablito o a la mini Alai. 

Dime quién soy yo, sin ti a mi lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora