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Hace algún tiempo existía una niña llamada Alicia, ella tenía muchos amigos pero nadie podía verlos más que ella, a veces se preguntaba "¿por qué era así?" "¿Por qué nadie más podía verlos?" su madre le decía que cuando creciera dejaría de verlos, aunque ella empezaba a dudarlo, ya tenía 11 años y aun los veía pero ahora ya no solo los veía sino que también los escuchaba y no eran nada agradables, siempre le decían cosas como: "eres horrible", "deberías desaparecer a ese chico que tanto te molesta" o "por qué no acabamos con todos los idiotas de tu escuela", Alicia trataba de ignorarlos pero cada vez que lo hacía ellos le empezaban a gritar y a ella le dolían los oídos, sus compañeros de escuela la llamaban loca y sus profesores empezaban a creer lo mismo; tiempo después descubrió un modo para ignorarlos y no escuchar sus gritos, al cumplir los 16 años se convirtió en una chica hermosa o por lo menos todos la consideraban así hasta que trataban con ella y descubrían que a veces murmuraba "cállense, déjenme en paz", siempre que sucedía eso le preguntaban "Alicia, ¿a quién le hablas?" y ella respondía: -¿me has oído? No deberías meterte en conversaciones ajenas, ahora tendrás que morir, cuanto lo siento- y se marchaba, hubo un chico que no se asustó de ello, se llamaba Ian, él quería que fuera suya a pesar de eso y lo consiguió, salieron por un par de meses pero un día Alicia falto a la escuela y él se preocupó pero sabía que no se podía meter en sus asuntos, al llegar a su casa sintió un olor peculiar, olía a podrido, subió muy rápido las escaleras y al entrar a su cuarto vio a Alicia cubierta de sangre con un gato en su mano izquierda y un cuchillo en la derecha, al observar bien su habitación vio que habían más animales degollados y abiertos por todos lados y en las paredes escrito con la sangre decía "te amaba maldito y aun así me engañaste" después de leer eso se percató de que Alicia estaba enfrente de él, con la mirada oscura y una sonrisa en la cara le dijo: -no crees que tu habitación se ve más bonita así, yo creo que el rojo te queda muy bien, te combina perfecto, y llegas a tiempo para tu turno, ya me han dicho lo que hiciste con esa zorra, ahora ella está tomando un baño, ¿podrías ir a ver lo hermosa que se ve así?- al escuchar eso fue corriendo al baño, sí había una chica, pero, era su hermana, al verla salió corriendo del baño y al tratar de abrir la puerta vio que estaba cerrada y Alicia estaba otra vez en el piso con otro animal en las manos, él se acercó a ella y la agarro fuerte del brazo para que se levantara –¡estás completamente loca, ella es mi hermana, enferma!- al decir eso la tiro al piso y fue a tratar de abrir la puerta, -el enfermo eres tú- le dijo Alicia-, me das asco, por cierto deberías cuidar tu espalda un poco, alguien podría golpearte- dicho eso, Alicia lo golpeo con un bate de béisbol, cuando Ian despertó estaba atado a la cama con Alicia arriba haciéndole pequeños cortes en todo el cuerpo, a él le ardían cada uno de los cortes que tenía –te duelen, ¡me alegra tanto!, te lo mereces, mereces esto y más pero probablemente Alicia me gane y te salve la estúpida vida, yo creo seriamente que todos los idiotas como tú ya deberían estar bajo tierra, pero por desgracia no puedo matarlos a todos, sería tan lindo verlos suplicar, ¡oh! ¿Tú quieres suplicar? Para que te deje libre, sí, quiero escuchar como pides por tu vida, te voy a desatar la boca, ¿vale?, pero si gritas algo que no sea para salvar tu hermoso cuello te juro que te matare- Alicia le desato la boca y el de inmediato grito, su grito fue tan fuerte que ella logro entrar en razón, lo desato y le dijo que corriera que saliera de ahí pero que primero la atara y llamara a un manicomio y así él lo hizo; cuando llegaron los doctores la metieron rápido a una camioneta, por lo que supo tiempo después Ian ella se había logrado suicidar sin que se dieran cuenta y había dejado una carta para él la cual decía:

                                                                                     Martes 15 de abril de 1999

Ian Snicht G.

Querido mío.

Sé que no debería escribirte esto y que no tengo perdón ni tuyo ni mío ni de nadie por las cosas que hice, solo espero que no te tortures por las noches con pensamientos sobre lo que me sucedió, debiste alejarte de mí cuando podías, te amé tanto y no soportaba que estuvieras con ninguna otra mujer, yo bien sabía que ella era tu hermana pero no pude controlar a Gen, ella es mi amiga, ella tiene, por el momento, más del 50% de mi mente, pero no te preocupes he encontrado la forma de deshacerme de ella, esta misma noche me voy a suicidar, ella no lo sabe, se ha quedado dormida con las pastillas que me dan, te amo y espero que Gen no te siga cuando yo haya muerto, cuida tu espalda amor, y por favor muérete.

Atte:

Tuya, Alicia M. Gregory.

Ian apareció tiempo después colgado en su habitación y en la pared de su cuarto decía: Escapen de Gen.

Alicia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora