Capítulo 10: "Hija de Reyes"

648 64 4
                                    


Una camisa azul con el logo de Superman con unos jeans negros a la cintura, unas vans y un suéter de color rojo, más mi pijama de Bob Esponja y los implementos de aseo. Guardo todo en otro bolso, ya que el usual se quedó en el auto de Yuko.

Estoy lista para mí segunda noche de pijamada, esta vez en casa de Stephania Marriott.

Después de mi corta charla con Kate, ella se fue a su habitación y yo me he quedado en la mía para arreglar mis cosas, luego de esto, bajo y como lo imaginé Kate ya estaba esperando la cena.

— ¿Y Alex? —cuestiona ella apenas llego.

—No está, últimamente nunca está —respondo torciendo el labio inferior.

— ¿Crees que tenga novia? —alzó sus cejas y juntó sus manos emocionada.

—Lo dudo, en ese caso la traería acá y la últimas vez que se lo comenté, lo negó.

Seguido de eso llegó Antonieta y nos sirvió la cena, comimos en silencio cada una sumergida en un mar de pensamientos diferentes.

—Señorita Carol ¿va a salir? —cuestiona Antonieta trayéndome de vuelta de aquel mar.

—Si, otra pijamada. Y prepárate Anto, porque se vienen cinco más y la última será aquí —contesta por mí Kate.

—Si... es un estúpido proceso al cual le llaman "iniciación" cada vez que llega una porrista nueva —termino de explicar.

—Oh, entiendo... —responde sencilla.

Terminamos de comer, me despido de mi hermana y voy a la entrada principal donde ya me espera un uniformado Bryden.

—Buenas noches señorita —saluda amable mientras me abre la puerta del auto.

Entro y el cierra nuevamente la puerta para dar la vuelta al coche y subir en el lugar del piloto.

— ¿A dónde la llevo? —cuestiona una vez dentro y yo le tiendo el papel con la dirección— listo, en media hora estamos llegando.

— ¿Está tan lejos?

—Si, señorita.

Dicho esto enciende el auto y conduce. Mientras tanto yo, me pongo los audífonos que guindan del borde de mi bolso y doy play a la música que se encontraba pausada dando paso para que la voz de Ed Sheeran se cuele en mis oídos, me recuesto hacia atrás y miro por la ventana esperando a llegar.

La puerta del auto se abre y por lo que entiendo hemos llegado, pauso la música y me percato de que ha pasado exactamente treinta minutos. Salgo y me encuentro enfrente de una enorme casa de paredes blancas con rejas negras y doradas. Guío mis pasos por un camino pedrado que me lleva a la puerta principal y a ambos lados hay césped y arbustos bien cuidados.

Llego a mi destino y toco el timbre, el cual tiene un sonido peculiar. La puerta se abre dejando ver a una empleada de servicio con un uniforme blanco y negro con un ridículo y pequeño detalle blanco en su cabeza, de esos que usan las mucamas.

—Soy Caroline Manson, amiga de Stephy —hablo y ella asiente.

—Pase señorita, suba por estas escaleras ya se encuentran todas arriba. Tenga buenas noches —responde ella amable y guiándome a dichas escaleras.

—Muchas gracias —digo y ella se marcha dejándome sola en tan gigantesca casa, subo por las escaleras mencionadas y tomo el pasamanos brilloso y dorado, la alfombra de la escalera hace que mis pasos se sientan suaves e inaudibles.

Infiltrada [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora