Estaba en mi habitación cuando empieza a sonar una alarma que me martilleaba la cabeza, fue un largo tiempo el que pasó para abrir las puertas de las habitaciones que habían también alrededor.
Pude ver que en cada habitación había alguien, en sus rostros podía ver desesperación, sufrimiento y frustración.
Y sabía porqué, cada uno de nosotros morirá mañana si no conseguimos aquél antídoto que nos detendrá el veneno que nos fue inyectado hace una semana.
De repente empieza a escucharse una voz por el alrededor, proviene de los parlantes. Observo a mi alrededor y noto que todos buscan de donde proviene aquella voz y al fin deciden escuchar atentamente.
- ¡Bienvenidos, novatos! Este es su primer nivel. Como pueden ver, en el centro está el antídoto tan codiciado por todos ustedes. Aquí no hay reglas, pueden usar cualquier medio para asesinar a los demás. Sólo hay una regla, simplemente puede quedar un sobreviviente. ¡Pueden empezar ahora!
Vi como todos salían desesperados por el frasco, yo apenas estaba analizando la situación, ¿un sobreviviente? ¿nos tenemos que matar? Observé como algunos eran golpeados fuertemente hasta quedar inconscientes, supone que ya se encontraban muertos.
Al final sólo quedó un chico de pie; era corpulento y alto, supongo que por ello tenía ventaja. Su rostro reflejaba satisfacción y lo comprendía, podría continuar con vida.
Se fue acercando al centro y después desvió la mirada hacia mí, ¡rayos! ¿qué voy a hacer? Tenía una expresión de confianza, probablemente estaba seguro de que me derrotaría fácilmente. Y yo... Yo lo vencería.
Sonreí cínicamente y, cuando estuvo a una distancia aproximada, empecé a golpearlo brutalmente hasta que quedó inconsciente, como los demás.
Yo había vencido, estaba segura de mí misma.
Me acerqué al centro y tomé el antídoto, tendría más tiempo para vivir...
Vi como alguien empezó a arrastrarse mientras me pedía ayuda, se dirigía hacia mí con una expresión de súplica. Después empezaron a aparecer cada vez más, y todos se dirigían a mí, de repente apareció una luz blanca que cada vez era más grande, hasta cubrir por completo todo el lugar.
Me desperté de golpe y noté que estaba en mi habitación, ¿cuándo llegué aquí? Me puse de pie y sentí un fuerte dolor en la cabeza, así que me volví a acostar. Noté que estaba toda sudada, ¿acaso sería por aquél sueño extraño?
- ¡Oh! Ya despertarte, querida - la puerta se abrió y apareció una mujer no muy alta, llevaba lentes y una bata; al parecer es enfermera.
- ¿Quién eres? - dije sin demostrar asombro.
- Te estado cuidando por estos dos días.
- ¿Dos días? Quieres decir... Espera, ¿y porqué no he muertos? Se supone...
- Calma, chica. Era obvio que no podíamos dejarte morir, así que te ayude a que el veneno no te matara tan rápido. Ahora puedes tomar el antídoto - tomó el pequeño frasco y me lo extendió. Yo la observe un poco desconfiada pero decidí tomarlo, o de lo contrario moriría.
Aunque no entiendo como lo obtuve. No recuerdo muy bien lo que sucedió.
- Oye, ¿quién me dio el antídoto? - le pregunté, ella me miró desconcertada y soltó una carcajada.
- ¿Quién te lo dio? ¿en serio? Pues tú lo obtuviste, con tus propios medios.
- ¿Yo? No comprendo, no recuerdo mucho de lo que sucedió. Sólo sé que había ganado un chico, yo...
- Está bien, pequeña. Poco a poco van surgiendo los recuerdo, por el momento te recomiendo descansar.
La enfermera salió de la habitación y yo me quedé pensando en todo lo que había ocurrido. Nada tenía sentido, ¿cómo pude obtener aquél antídoto?
Me puse en pie al escuchar que la puerta se estaba abriendo. En el umbral apareció un joven alto, su expresión era neutra, y a su lado había una chica poco pequeña, su expresión parecía más bien de autoridad.
- ¡Wow! - dijo la chica -. Aquí la tenemos, no pareces ser tan fuerte; ¿sabes? Eres muy popular allá afuera, has causado un gran revuelo.
La miré, y desvíe la mirada al chico, él no parecía darle importancia a la situación, su mirada estaba perdida en otro mundo.
- Quiero hacer algo - dijo la chica -. Quiero una pelea contigo.
La observé desconcertada y lo medité un momento.
- Me niego - respondí.
- ¿Por qué? ¿te da miedo? ¡ja! No eres tan fuerte como dicen. No sé porqué hacen tanto escándalo por una idiota.
- Se pueden ir, por favor.
- ¿Tú qué opinas, Luke? - el chico no respondió y tan solo se retiró.
¿Qué será lo que piensa aquél chico? Es tan extraño...
- Créeme que esto no se quedará así - dijo ella y salió del cuarto.
De nuevo regresó la enfermera y me saludó alegremente.
- Bueno, sólo venia a hacerte una revisión general. Aunque te ves en perfecto estado, ¿has sentido dolor...?
- Estoy perfectamente.
- Okey, chica. El director me envió para avisarte de este lugar. Ahora estás en un nuevo nivel, el segundo nivel, para ser más precisos. Aquí puedes visitar a los demás, como has visto, pues se encontrarán aquí alrededor de tres semanas; lo mejor es hacer amigos, para tener más seguridad de ganar, te recomiendo que te socialices con los otros...
- Lo haré sola, no necesito de la ayuda de los demás.
- Bien, pues lamento decirte que en este nivel habrán tres ganadores, lo más seguro es que te maten primero, ¡por estar sola! Aunque si no lo deseas... Será interesante ver este juego.
La enfermera salió y cerró la puerta tras de sí.
Decidí salir un rato, así podría conocer mejor el lugar, y, quizá, hacer algún amigo.
AgliarethG
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Fin de juego
FantasyEstar encerrada entre cuatro paredes es lo peor que me ha pasado. No entiendo porque me eligieron y no tiene sentido estar en esto. Deseo salir de aquí como una ganadora, y para ello debo de continuar con este malvado juego.