Era un 28 de Agosto, las clases comenzarían. Todos muy emocionados por hacer nuevas amistades. Sin embargo para mí era un día normal, común y corriente donde el tiempo pasaba lentamente.
El maestro entró al salón de clases, nos presentamos ante él y los demás compañeros. Yo, era una persona con un peso algo por encima de lo normal, los que me rodeaban, todos eran delgados. Era mi turno de presentarme, todos se me quedaban viendo fijamente, estaba muy nervioso con ganas de salir de ahí en un instante.
Hubo alguien en especial que, no me apartaba la vista, me entró una sensación de temor, pero no le tomé mucha atención. Terminó la clase, el profesor se retiró del salón, los demás alumnos parecían concordar muy bien, ya todos se hablaban, se reían, sin embargo yo, estaba en un rincón sentado, nadie me hacía caso.
La maestra, entró y observó el comportamiento de cada uno de nosotros, tomó su lapicero y sacó de su bolso una libreta en donde empezó a tomar nota... Terminó y se sentó en la silla. Se me quedó viendo detenidamente, y me dice:
-Niño, pasate para acá adelante por favor... Estás muy solo..
Respondí.... -Si profesora.
Me paré de mi asiento y me senté en la primera fila, junto al lado de mi compañero que se me quedaba viendo de una manera rara, como si yo le diera risa.
Se presentó ante todo el grupo..
- Hola, buenos días, mi nombre es Xarely y seré su maestra de Español por este año, es un placer..
(Se me hizo una persona muy amable y educada, en su aspecto físico al parecer no revasaba los 25 años).
Sentí como su clase terminó muy rápido, los demás, al instante en que ella se marchó empezaron a murmurar entre ellos mismos sobre nuestra maestra, nadie me invitó a su conversación..
Llegó la hora del receso, me formé en la fila para comprar de comer, pero como era un alumno de 1 grado, los de 3 nos hacían mucho relajo, me vieron como una presa débil, recibí mi alimento, un rato después alguien me empujo por detrás e hizo que mi comida se cayera en mi uniforme.... Me sentí avergonzado, todos me miraban como su burla, les hacía gracia.
Aún no tenía amigos, al parecer mis demás compañeros conjugaron muy bien entre sí, excepto yo. No le hablaba a nadie de mi salón, todos me miraban de una manera diferente. Me hacían sentir menos.
La escuela estaba por concluir, mi primer día no fue tan emocionante como yo había imaginado, me ilusionaba pensar el siguiente día en mi escuela, que tendría muchas amistades con las cuales divertirme y pasarmela bien.
Al llegar a casa, mi madre me preguntó:
- ¿Qué tal tu día hijo?Le respondí.. -Estuvo muy bien mamá, hice muchas amistades, (no quería que se entristeciera por mi culpa).
-(Me sonrió muy contenta).
La noche llegó, era hora de irme a dormir.... La alarma sonó... Me levanté muy emocionado y contento, mi mamá se alegró por mí, me preparó mi malteada y me dio un beso de bendición.
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Historia Sin Fin
RandomUn simple defecto, puede ser tu mayor desafío, perdición, algo más de lo que tendrás que arrepentirte y desear nunca haber nacido. Una vida, una historia plasmada en palabras vacías.