DÍA 1: El encuentro con mi compañero de piso

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Ha~i, aquí Pezgato-senpai para vosotros (^^)/

Bueno, esta historia es completamente personal y un tanto rara :'v (mi mente es rara) pero quería hacer algo "original" y pues salió esto.

Espero que lo disfrutéis ^w^

Pd: habrá un poco de lemon al final

DÍA 1: El encuentro con mi compañero de piso

Bajé del autobús con mi pesada maleta y un bolso grande colgado al hombro, ambos albergaban mi ropa y algún que otro objeto necesario para mi día a día. Subí la mirada y encontré aquella hermosa y tranquila calle con casas casi idénticas dispuesta rítmicamente a ambos lados, en las aceras arboles decoraban el camino. Cogí aire y lo solté en un suspiro seguido de una sonrisa y camine hacia el final de la calle levemente inclinada hacia arriba. Hacía calor a pesar de ser primavera y el camino se me hizo algo costoso, pequeñas gotas de sudor recorrían mi rostro para cuando llegue a la que sería mi nueva casa. Eso es, indecencia, por eso estoy aquí, a mi corta edad de 21 años he podido independizarme y mantener una casa para mí solo con mi sueldo de camarero (aunque admitiré que mis padres me ayudaron y lo seguirán haciendo).

Miré la casa, lo suficientemente grande para tener espacio personal solo para una persona. Cuando la compre estaba en ruinas, por ello me la vendieron a precio de ganga, aunque el dinero que ahorre al comprar la casa lo invertí en ella para la reconstrucción. "un acto tonto" eso me dijeron mis padres y probablemente lo fue, pero esa casa me atrajo desde que era pequeño y venía a jugar alrededor de ella, para entonces seguía abandonada y en estado ruinoso. Ahora había quedado como nueva, estaba pintada de azul suave, casi blanquecino. Entré en ella, por dentro era luminosa, moderna y estaba perfectamente amueblada, toda ella pintada de amarillo suave. Solté las engorrosas maletas y respire el aire a casa nueva, aun se percibía olor a pintura en el aire.

- hogar dulce hogar.-me dije orgulloso al saber que aquello que veía era solamente mío.

Me sentí complacido conmigo mismo y emocionado al pensar que a partir de ahora viviría solo, con mis reglas.

- Bueno, manos a la obra.- me dije y cogí las maletas para ir colocando mis cosas por las habitaciones

Cuando termine me di cuenta que estaba anocheciendo, había llegado a mi casa por la tarde, el tiempo se me había pasado volando.

Me puse ropa mucho más cómoda, de andar por casa y justo cuando termine se me fue la luz en toda la casa

-no por favor, no me jodas, no se me puede haber cortado la electricidad justo cuando llego.- me dije decepcionado y fui a tientas hasta la caja de los fusibles para comprobar si solo había sido un fusil roto. Pase por la cocina y cuando llegue a ella la luz volvió, frente a mí, algo que me dejo atónito: un hombre, alto, de cabello negro, ojos azules oscuros con la cara seria permanecía impasible frente a mí

- ¿q-quién eres? ¿Un ladrón? Fu-fuera de mi casa.- tartamudee intentando no sonar atemorizado aunque por su sonrisa burlesca deduzco que no lo conseguí

- Esta casa es mía.- dijo con una voz grave y masculina, pero atractiva, con total tranquilidad

- Imposible, esta casa la he comprado yo.-dije más confiado en mí mismo.- te estoy preguntando quien eres y que haces aquí .-insistí

Recibí una risita de parte del desconocido el cual se me acerco haciéndome a mí retroceder

- La pregunta adecuada seria:¿Qué soy?-hablaba misterioso y divertido a la vez, como si estuviera a punto de contar un chiste macabro del que solo los locos se pueden reír, eso me erizo la piel

- ¿q-que eres...?-pregunte confuso y le mire de arriba abajo detalladamente, no me lo podía creer, ahora que lo miraba más de cerca llevaba ropas antiguas y todo su ser era casi transparente, como si careciera de materia alguna. Trague saliva ante la deducción a la que llegue.- e-eres...un fantasma.-dije atemorizado y otra sonrisa más en su rostro

- Así es chico listo, soy un fantasma y esta es mi casa

Me caí al suelo y me quede asimilándolo un rato mientras me seguía mirando imperturbable

- ...ALA QUE GUAPO.-grite entusiasmado y me levante, observándole emocionado desde todos los ángulos.- ¿enserio eres un fantasma? ¿Puedes flotar? ¿Y atravesar paredes? ¿De que estas hecho?-empecé a bombardearlo a preguntas mientras él me miraba confundido

- ¿tú no me temes?-preguntó confundido, incluso decepcionado

- al principio si.- admití llevándome la mano a la nuca y sonriendo como tonto.- pero nunca he conocido a un fantasma, mola mucho, no pensé que existieran

El fantasma suspiro

-pues sí, existimos y no voy a contestarte ninguna pregunta mocoso escandaloso.- dijo serio, yo inflé los mofletes

- Jo...oye, ¿te vas a quedar aquí? Es que acabo de mudarme para estar solo y no mola tener un espíritu rondándome

- en primer lugar, esta casa es mía y en segundo lugar, no voy a irme.-sonaba decidido

- ¿por qué?-pregunte indignado

- no puedo, aunque quisiera no puedo moverme de aquí.- admitió cabizbajo, sonaba decepcionado.

- bueno...si no te puedes mover que remedio, seremos compañeros de piso.-sonreí y le tendí la mano.- yo soy Ryota

Me miro extrañado y suspiro resignado

-yo Leiko.-dijo sin tenderme la mano, supongo que porque no podría tocarla

-Leiko eh...es un nombre raro, pero mola –sonreí

Y así empecé mi nueva vida con mi nuevo compañero de piso, mi insólito compañero de piso

Mira que soy rara...


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