Cuando los chicos se marcharon, Wendy se quedo con Brian. Era el mas pequeño de los niños perdidos, no savia muy bien que era lo que le enseñaría, parecía muy tímido.
Wendy: ¿Y tu que me vas a enseñar, Brian?
Brian se encogió en hombros.
Wendy: ¿No te gusta hablar?
Negó con la cabeza.
Wendy: ¿Conmigo tampoco?
Se encogió en hombros.
Wendy: ¿Y por que no?
No dijo nada por el momento, Wendy pensó que todo eso sería una perdida de tiempo, hasta que Brian por fin hablo.
Brian: Es que... soy el mas pequeño y nadie me toma enserio.
Wendy: Has hablado... Espera. ¿Por que dices eso?
Brian: Todos son más mayores que yo y hacen cosas muy chulas. Yo... yo no hago nada.
Wendy: ¿Y Peter sabe esto?
Brian: No, nunca he hablado con el. Eres la primera persona con la que hablo desde que Peter Pan me trajo aquí.
Wendy: Baya... Pero estoy segura de que si Peter te trajo aquí y no te llevó de vuelta a casa por algo sería.
Brian sonrió.
Wendy: Bueno, ¿Y que hacemos ahora?
Brian: No lo se.
Wendy: ¿Quieres que demos una vuelta por el mercado?
Brian: Vale.
Wendy se levantó del banco a la vez que Brian, que se agarró a su mano.
Los dos caminaron por el mercado pasando por los diferentes puestos de ropa y comida. Brian iba mirando todo lo que veía, se notaba que era el más pequeño.
En ese momento, pasaron por delante de un puesto de chocolates, Brian se quedó asombrado ante la variedad de chocolate que había ante sus ojos, al igual que a la chica que atendía el puesto, a la cual le encantaba ver a los niños disfrutar con sus chocolates.
Fue entonces cuando a Wendy se le ocurrió una idea.
Wendy: Anda vamos *Se puso a la altura de Brian* No podemos permitirnos comprar aquí.
A la dependienta se le partió el corazón al oír aquellas palabras de Wendy, al igual que a Brian que puso una cara muy triste. Y justo cuando estaban a punto de marcharse, la chica les detuvo.
Dependienta: ¡Esperad!
Wendy y Brian se detuvieron y miraron a la chica que, con una cesta de sus productos se puso a la altura de Brian.
Dependienta: Aquí tienes pequeño, te los regalo, disfrútalos.
Brian: Muchas gracias. *sonrió*
Dependienta: De nada.
Wendy: Muchísimas gracias.
Dependienta: No hay por qué darlas, me encanta ver a los niños sonreír.
Wendy y Brian se despidieron de ella y se marcharon. Los niños perdidos tenían comida que había sobrado de otros días, así que no hacía falta que ese día robaran la comida.
Una vez fuera del mercado, Wendy y Brian se sentaron al lado de un edificio.
Brian: Caramba, que de cosas.
Wendy: Y encima de chocolate.
Brian: ¿Chocolate?
Wendy: Si, ¿Nunca lo has probado?
Brian negó con la cabeza.
Wendy: Que fuerte, ¿Los demás tampoco?
Brian: Creo que no.
Wendy: Bueno, entonces podrás probarlo cuando ellos vuelvan y podrás contarles cómo lo has conseguido.
Brian: La verdad... es que cuando vuelvan, no hablaré.
Wendy: ¿Que? ¿Por que?
Brian: Es que, se que ellos no me tomarían enserio. Pero tu... eres diferente a ellos.
Wendy: Bueno, gracias Brian. Pero ellos también te tomarán enserio si les hablas.
Brian: Yo creo que no...
Wendy: Podrás comprobarlo enseguida, por ahí vienen,
Wendy señaló hacia el final de la calle y Brian miro en esa dirección, de la cual se acercaban Peter Pan y los niños perdidos.
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El autentico país de nunca jamás
Teen FictionHan pasado diez años desde que Wendy Darling jugaba con su mejor amigo y vecino Peter Collins. Ahora Wendy tiene 16 años, va al instituto y tiene nuevos amigos, pero algo va a cambiar, algo que le hará replantearse toda su vida.