Adelia

-¡Adelia! ¿Dónde estás?
Se escuchaban gritos de un chico llamando a Adelia, estos eran desesperados por encontrarla.
-¡Adeliaaa! ¡Adeliaaa!
Él se adentraba cada vez más en las profundidades del bosque conforme cada llamado que daba. Trataba de hacerlo rápidamente, pero varios arbustos y ramas no lo dejaban.
-¡Por favor! ¡¿Dónde estás?! ¡Soy Franco! ¡Contesta demonios! ¡Por favor!
-¡¿Franco?! ¡Ayúdame!
Fue lo único que se escuchó en respuesta hacia el chico. Un leve llamado de ayuda hacia él. Así que sin duda alguna apresuró el pasó hacía el lugar de dónde había escuchado ese llamado.
Al llegar, pudo darse cuenta que Adelia estaba allí. Tendida en el suelo con la respiración entre cortada y con varias partes del cuerpo lastimadas y ensangrentadas.
-¡Adelia!
Fue lo último que escuchó la chica, antes de perderse en la oscuridad para ya no volver a recordar.
Franco estaba allí, era el único testigo. El único presente. O al menos eso pensaba él.
Nadie sabía como ella había desaparecido con el pasar de pocas horas, ni con quien se había ido, o quien se la había llevado. Pero lo que si se sabía era que ella no volvería a ser la misma Adelia que antes. No más.