Al llegar al instituto, me dirijo a la clase correspondiente y lo primero que hago es dirigir la mirada hasta el sitio vacío de Hendry.
Me pregunto por qué no habrá venido y me siento en mi sitio, ya que la clase ha comenzado.
La clase transcurre de lo más aburrida ya que no tengo a mi fiel compañero para entretenerme. Como estoy tan aburrida decido mandarle un mensaje.
"Eh chulo-playa, ¿por qué no has venido a clase?"
Tras un par de minutos llega su respuesta:
"Preciosa, ¿podrías hacerme un pequeño favor?"
Su respuesta me deja un poco desconcertada y confusa.
"¿Qué quieres Hendry?"
"Necesito quedarme en tu casa un par de días, ¿vale?"
Espera. ¿Mis ojos han leído bien? Qué tipo de favor es ese.
"¿Cómo? ¿Por qué en mi casa?"
"Mira, no te quiero mentir. Tal vez haya infringido la ley...un poco solo. La poli sabe dónde vivo, y claramente también saben dónde viven mis colegas. Por eso, tú Cass, eres la única que puede ayudarme y salvarme de todo esto."
Leo con detenimiento su último mensaje y busco cualquier excusa, pero no la encuentro.
"Genial Hendry, pero no creo que a mis padres les haga mucha gracia que te quedes en casa."
"No tendrían por qué enterarse, soy muy silencioso cuando quiero..."
Tengo unas ganas inmensas de decirle que sí, cualquier chica querría, pero hay algo que me detiene y hace que me ponga nerviosa. Hendry viviendo en mi casa. Sería super raro, así que le contesto sin darle más vueltas al asunto:
"Bueno, luego hablamos. Estoy en mitad de clase, a diferencia de otros..."
Tras unos segundos, mi iPhone comienza a vibrar, y no me queda más remedio que sacarlo y leer el mensaje.
"Cuando acabe tu clase, espérame en la calle de enfrente, así podremos hablar mejor."
Miro la hora, y quedan tan solo diez minutos. Genial. Me he metido en este lío yo solita.
Cuando salgo, encuentro a un chico apoyado en una Harley-Davidson fumando un cigarrillo. De pronto una tímida sonrisa comienza a dibujarse en mi rostro y siento como mis mejillas van cogiendo un tono rosado. No es posible que un solo chico pueda causar todo esto.
-Hola. ¿Qué tal la clase?-Se dirige a mí.
-¿De verdad no tienes ningún otro sitio dónde quedarte?-Le pregunto yo intentando cambiar de tema.
-No, por eso te lo pido a ti. No te costaría nada hacer un favorcito a un amigo.
Espera, espera...¿ha dicho amigo? Vaya, si que coge confianza pronto.
-Bueno... si no tienes ningún otro sitio, y eso... venga sí, puedes quedarte en casa.-Digo finalmente algo dudosa y sabiendo que mis palabras traerán consecuencias y tal vez no sean buenas.
En el momento en que termino mi frase, el chico viene hacia mí y me coge entre sus brazos haciendo así que nos fundamos en un cálido abrazo. Puedo notar su olor, y es genial.
-Gracias. Esto tendré que agradecértelo de alguna forma...-Me comenta Hendry al mismo tiempo que estalla en una sonora carcajada.
Tras un par de minutos decido que debemos ir a casa antes de que mis padres vuelvan, por lo que por primera vez en mi vida me fugo el resto de clases para estar con un chico.
Al llegar a nuestro destino, compruebo que no hay nadie en casa y tras esto, subimos hasta mi habitación.
-Bueno, no tengo otra cama... así que tendremos que dormir juntos.-Le informo al chico con la voz entrecortada por la vergüenza.
-Eso está muy bien. Así no pasaremos frío.-Me dice mientras deja su mochila llena de ropa y libros sobre la cama que compartiremos durante unos cuantos días.
-¿En qué clase de lío te has metido cómo para tener que desaparecer?-Le pregunto interesada.
Hendry me mira fijamente con sus preciosos ojos azules al mismo tiempo que se dirige a mi cama para acostarse. Tras unos segundos decide contestarme.
-Tiene que ver con apuestas, tráfico de... sustancias, peleas ilegales... ya sabes, todo ese tipo de cosas.
-Pero, no creo que con 17 años te hayas podido meter en tantos líos como para huir...
-Escucha, me he metido en más líos de los que crees Cass. Puede que últimamente me esté comportando contigo como un buen chico, pero en realidad no lo soy. A los 14 años conseguí mi primer antecedente, y a partir de ese momento ha sido uno tras otro. No soy para nada un chico bueno, créeme.
Vaya, me ha dicho algo que claramente ya sabía. Sabía que tenía problemas con la policía, pero no pensaba que fuera para tanto. Ese es el motivo por el cual estoy extrañada.
-Vaya... espero que la policía no me arreste por ser cómplice de un criminal.-Bromeo mientras decido acomodarme al lado suyo.
-Seremos como Bonnie y Clyde, preciosa.-Me responde al mismo tiempo que deposita un suave beso sobre mi frente.-¿Me puedes traer algo de comida? Con todo me ha entrado demasiada hambre.
Después de comernos un sándwich cada uno, me percato de la hora qué es y que mis padres no tardarán mucho en llegar.
-Mierda.-Murmuro.-Tienes que meterme en mi cuarto. Mis padres no tardarán mucho en llegar...
A los pocos minutos de esconderse puedo escuchar el sonido de la puerta principal abriéndose.
"Bien, Cass. Es hora de fingir que no hay nadie en tu cuarto y de qué no ocurre nada" me digo a mí misma mientras salgo a saludar a mis padres.
Pasada la cena, corro a ducharme y me pongo el pijama el cual consiste en una vieja camiseta dos tallas más grandes de lo habitual. Al salir del baño me encuentro a Hendry sobre mi cama vestido sólo con ropa interior.
Me acerco y me pongo a su lado, provocando que el chico alce la mirada de su teléfono móvil para posarla en mí. Al mismo tiempo voy viendo como una sonrisa pícara se va esbozando en su perfecto rostro.
-¿Vamos a dormir compi?-Me pregunta al mismo momento en el que se adentra entre las sábanas, acción que imito.
-Buenas noches Hendry.-Le respondo justo cuando acabo de apagar la luz.
-Buenas noches preciosa.-Me dice mientras pega su cuerpo al mío y pasa su brazo izquierdo por mi cintura.
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BUENO CHICOS Y CHICAS, HASTA AQUÍ EL SEXTO CAPÍTULO DE "NO ME LLAMES MÁS".
ESPERO QUE OS GUSTE, Y NO DUDÉIS EN COMENTAR Y EN VOTAR.
POR CIERTO, YA PODÉIS VER EL BOOKTRAILER DEL LIBRO: https://www.youtube.com/watch?v=OF0vB7o43a4
BESOS, ALEXIA ♥
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No me llames más.
RomanceLlegar tarde a veces tiene sus consecuencias. Dos polos opuestos, dos almas iguales. Cassandra Poe nunca se habría imaginado que toda su vida se pondría patas arriba cuando Hendry Thomas, el compañero rebelde de clase, se interpusiera en su camino...