Sombras De Un Mundo Pasado © (EDITANDO)

2. Desesperación

   Entré corriendo a una tienda de ropa que se encontraba a mi izquierda y apresuradamente me arrastre y me escondí debajo de la mesa. Aquel temblor no duró mucho, pero hizo que cayeran escombros del pequeño edificio del frente, suficientes para que se derrumbara la entrada. Unos segundos después, sentí un ligero golpe en mi cabeza seguido de un fuerte dolor; una piedra del tamaño de mi puño acababa de golpearme, luego todo se oscureció.

   Cuando abrí los ojos, las ventanas de la tienda estaban casi completamente tapadas por escombros, apenas entraba luz y no había electricidad. Para ese momento eran las 19:40 aproximadamente. Estuve casi una hora intentando hacer un hueco en la entrada para poder escapar, pero mi esfuerzo fue en vano, ya que todo el techo de la entrada estaba derrumbado y sólo logre mover algunas piedras con un solo brazo.

   Todo estaba oscureciendo, así que me apresuré a buscar una salida alternativa. Saque mi celular y comencé a alumbrar todo. Solo había ropa desparramada, estanterías y cosas en el suelo. Pero más al fondo había una puerta algo rota, que daba a un segundo cuarto. Allí revise los muebles y encontré agua y comida. Estaba hambriento, no había comido suficiente aquel mediodía. Comí lo que pude, saqué una mochila y guarde una botella de agua, un alfajor y pañuelos descartables porque estaba en un estado gripal un poco avanzado.

   Seguí alumbrando el cuarto y en un rincón del techo observe que había un agujero lo suficientemente grande como para pasar dos personas juntas. Una sensación de alivio recorrió mi pecho, supe que allí estaba mi salida. Comencé a buscar la forma de subir al piso superior, y encontré algunas cajas metálicas, las amontone para intentar subir, pero por mi brazo no logre hacerlo.
Volví a la otra parte de la tienda y al ver las estanterías en el suelo se me vino una idea a la mente. Intente moverlas pero eran largas y pesadas, así que me llevo un tiempo llevarlas hasta la otra habitación. Arme una especie de escalera, y antes de subir al segundo piso tomé un buzo azul con capucha a mi medida porque comenzaba a refrescar la tarde. Sin hacer mucha fuerza con el brazo izquierdo subí al segundo piso.

   Podía escuchar como en las calles los gritos, los disparos y las explosiones eran cada vez menos. Me asome por una ventana de la habitación y lo que vi no lo podía creer.
La ciudad estaba completamente en ruinas, vehículos abandonados y destrozados bajo los escombros de los edificios, algunos en llamas. Cuerpos muertos yacían en el suelo, ensangrentados, mutilados o calcinados. Los que sobrevivían eran militares con trajes blindados y armas para defenderse.

   Pensé que si intentaba salir por la ventana del segundo piso me verían y recibiría un balazo de los militares. Así que busqué las escaleras y comencé a subir. En uno de los pisos escuchaba como si alguien se arrastrara apresuradamente golpeando el suelo.

~ Tal vez pueda ayudarlo ~ me dije a mi mismo, y entré a la habitación. Una silla de ruedas estaba volteada a un lado mientras un anciano delgado, entrado en años y con las ropas rasgadas se retorcía violentamente en el suelo mientras escupía sangre un poco oscura para ser normal. Asustado lo observé unos segundos hasta que se detuvo. Me acerqué y vi que su cuello estaba lleno de ronchas infecciosas. Di vuelta el cuerpo boca arriba con mi pie, y al descubrirse su vientre noté que sus venas estaban oscuras y su piel viscosa. Fue en ese entonces cuando sus extremidades comenzaban a deformarse y lentamente el cuerpo se ponía de pie como si fuera manipulado por una extraña fuerza. Me quedé inmóvil unos seguidos viendo su mirada vacía con ojos completamente negros y su rostro cubierto con sangre mientras partes de su piel se caían. Tardé en reaccionar y darme cuenta que estaba avanzando hacia mi.
Cuando me percaté de lo que estaba sucediendo ya lo tenia cara a cara, tan cerca que podía sentir su respiración y su aliento nauseabundo.

   Mi primera reacción fue empujarlo, pero solo conseguí moverlo un par de metros. La suya, fue lanzar un horrible grito amenazante. No me quedó otra opción que correr escaleras arriba.

   Cerré la puerta para retrasarlo y comencé a subir lo mas rápido que pude con la poca luz que había a esa hora. Mientras tanto podía escuchar como golpeaba la puerta tratando de abrirla inútilmente, hasta que por un momento no se escuchó nada mas. Me detuve un segundo ignorando lo que podría suceder. De repente, escucho un fuerte estruendo... ¡Aquel engendro había arrancado la puerta!. Fue así como comenzó la violenta persecución. Sentí como la adrenalina circulaba por mi cuerpo. Mi corazón se aceleraba y mis piernas temblaban cada vez que veía como ese anciano mutado subía las escaleras con torpeza pero velozmente, a la vez que lanzaba alaridos amenazantes. Sentía que lo tenía muy cerca y que por momentos iba a agarrarme de los pies.

   No se por que no seguí subiendo. Apenas vi una puerta abierta me metí y la cerré con todas mis fuerzas, y antes que esa bestia lograra abrir la puerta, saque fuerzas de donde pude y la tapé con un pequeño mueble que tenia al costado de la puerta y luego un sillón. Aquel monstruo gritaba y golpeaba furiosamente. Me agarre la cabeza con ambas manos y me dije ~ Que hago ahora ~.

   Por un momento cesaron los golpes y los gritos. Sentado en el suelo comencé a llorar porque no entendía porque estaban sucediendo semejantes cosas como esas, pensaba si mi familia estaba pasando por circunstancias parecidas y si lograron salir con vida, rogaba porque estén bien. Estaba desesperado, pero mas preocupado por las vidas de ellos que por mi propia vida. Entonces entendí que si no luchaba no podría protegerlos. Algo debía hacer para salir de esta situación, deshacerme de ese monstruo y salir del edificio, salir de la ciudad sin que me maten los militares y buscar a mi familia. Pero antes debía luchar contra lo que me esperaba del otro lado de la puerta.