Tuyo

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*Narra Samuel*

Sus manos se deslizaron por su cuello y cayeron sobre sus hombros.

Inclino la barbilla hacía abajo, con ojos febriles encontrándose con los suyos. —¿Estás seguro de que esto es lo que quieres, Samuel? Porque una vez que comience, no voy a parar. Voy a tomarte, tomarte con tanta fuerza que con cada respiro que des te acordaras de mí.

Al oír esas palabras, el corazón se le disparo y su cuerpo floreció para él. Samuel asintió con la cabeza, porque su voz se encontraba muy lejos. Nada de lo que diría ahora mismo tendría sentido y sólo serviría para hacerlo sonar como un tonto.

—Bueno, eso es bueno —dijo Willy, deslizando sus manos por el pecho, parando en el cinturón—. No tienes ni idea de lo mucho que he deseado esto. Días. Semanas. Meses ahora. Te quiero a ti... sólo a ti.

—Sí —susurro con voz ronca, descubriendo que era lo único que podía decir—. Si.

Willy lo beso, probó sus labios y el interior de su boca mientras tiraba del cinturón suelto. La bata se abrió y el aire se precipito a través de su piel desnuda mientras le rozaba la tela gruesa de los hombros y la dejaba caer al suelo.

La tiro hacia atrás, lo suficiente para verlo desnudo sólo con el reloj que le había dado. Le paso la mano por el pecho y el vientre con un gesto de ternura.

—¿Te he dicho lo hermoso que eres?

Samuel asintió, con la boca seca.

—Te lo voy a decir de nuevo. Eres hermoso. Y eres perfecto. —

Reclamo sus labios otra vez mientras le agarraba las caderas. Su excitación era feroz y dura.

Se movieron hacía atrás mientras sus manos encontraron su trasero y se lo apretaron, y luego sus manos estaban en todas partes, trabajando en su cuerpo como un instrumento afinado. Samuel era masilla en sus manos, húmedo y listo.

La satisfacción y la necesidad chocaron contra su espalda cuando Samuel choco contra la pared, y Willy se apretó contra el, sus caderas moliéndolo. El se agacho, enganchando sus dedos debajo de su suéter.

Willy levanto las manos el tiempo suficiente como para que Samuel tirara la ropa por su cabeza, y luego su piel estaba contra la suya. Samuel se fue al botón superior de sus pantalones, rozando con sus dedos su erección.

Él gruño contra sus labios mientras se desabrochaba la cremallera y lo liberaba. Samuel envolvió su mano en su longitud, caliente, y sus caderas se impulsaron hacía delante.

—No te detengas —Samuel suplico—. Por favor.

—No lo tenía previsto —Willy se quito los pantalones y los zapatos—. Pero me encanta oírte decir por favor. Dilo de nuevo.

Samuel paso sus dedos por sus tensos y rizados abdominales.

—Por favor.

Él le dio un beso, succionando su labio inferior, y Samuel latía en su longitud.

—Dilo de nuevo —ordenó.

A medida que su mano iba por su cadera y se posaba en su trasero, el gimió. Todo su cuerpo se estremeció, sus pezones, su piel y su erección.

—Por favor.

De repente, sus brazos estaban alrededor de Samuel, y Willy lo estaba levantando. Su cuerpo sabia que hacer, y envolvió las piernas alrededor de su cintura. Ni siquiera hubo un momento en el que le preocupara lo difícil que debió haber sido para él recogerlo. En cambio, se sintió ligero y completo.

Para Siempre - Fanfic WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora