- Buenos días Noelia, hoy es lunes y tienes que ir a la escuela- me recito mi madre como cada lunes.Me levante sin ánimos, me encontraba agotada, la noche anterior no había dormido nada a causa de la perdida de mi mejor amigo.
Antes de ir a la cocina, me volví atrás. Fije la mirada en la fotografía que tenía en la mesita de mi habitación, como es lógico salía el, y en ese momento me volvió a entrar el bajón.
- Noelia! Cuantas veces te tengo que llamar para que vengas a comer algo? Al final llegaras tarde al instituto.- grito mi madre desde la cocina.
Al llegar a la cocina, me senté, justamente delante del vaso de leche.
- Noelia que te pasa, estas empanada! Quieres comer?- decía mi madre cansada de repetirme.
- Si mama, estoy bien- tuve que decirle la misma mentira, la cual me perseguía desde que mi mejor amigo entro en el cáncer mortal.
- Me alegro, aunque no haces muy buena cara, tienes unas ojeras...- decía mi madre en tono alegre.
En ese momento me levante deprisa de la silla y me fui corriendo al lavabo a ver si era cierto lo que había dicho mi madre sobre mis ojeras.
No me lo podía creer, mi madre tenía razón, se notaba a kilómetros que no había dormido la noche anterior. No quería que se notara ya que en el instituto era la típica niña que tenía problemas, siempre iba encogida y hasta alguna vez me había venido mi tutora a decirme que si necesitaba asistir al psicólogo de la escuela.
Jordi, mi amigo fallecido... era el único apoyo que tenía en esa mierda de instituto, me sentía sola y tenía miedo solo de pensar que no tendría a nadie al llegar a la escuela.
Entre pensamientos y más pensamientos el tiempo pasaba muy rápido y me había olvidado completamente de que hora era, alce la mirada al reloj más próximo... no podía ser era lunes, primer día de la semana y ya llegaba tarde.
Me intente vestir lo más rápido posible, me dirigí rápidamente a la cocina donde estaba mi madre y le dije:
- Mama adiós, ya voy tarde...
- Noelia, has visto la hora? Como te vuelvan a poner una carta...- me dijo ya mi madre de mal humor.
Me dirigí a ella le di dos besos y eche a correr, menos mal que tenía la gran suerte de vivir justamente al lado del instituto.
Al llegar a la clase, me cruce con el tutor el cual me pidió que si podía hablar conmigo, por un momento pensé que me iba a preguntar por mis faltas de existencia a la clase y que si tenía algo que ver con las de Jordi.
Pero no fue así, me dijo nada más ni nada menos.
- Noelia, sabes que Jordi está muerto?- con un tono grosero y sin tacto ninguno.
Esas palabras me tocaron fuerte y de una manera muy íntima dentro de mi corazón, y solo le pude contestar del peor tono posible.
- Si lose, tienes algo que añadir?- le conteste como una "choni"