Capitulo 8

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Nota: Este capitulo contiene lenguaje explícito. Si no te agrada éste tipo de contenido te sugiero que no lo leas. 

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Narra Guillermo.

La clase con Samuel fue realmente estúpida. No dejaba de enseñar, disimuladamente, su cuerpo. Cada vez que escribía en la pizarra dejaba ver su abultado trasero, su musculosa espalda y sus fuertes brazos, a lo que todas las chicas de mi clase morían de deseos por esas acciones de Samuel. Me molestó demasiado tener que prestarle atención toda la mañana, y encima lo tengo que ver en casa.

Conduje hasta la casa del tío Tyson y subí a mi habitación dejando de lado mi mochila. Me recosté en la cama con un brazo detrás de mi cabeza, el otro sobre mi vientre y me puse a pensar en Samuel. Es inevitable. Su trasero, sus brazos, su espalda. Éste tío es jodidamente sexy. "Joder, Samuel. Tantas curvas y yo sin frenos". Lo deseo, quiero probarlo y la paciencia se me esta yendo a la mierda. Fue inevitable no excitarme. Mi mano bajó sin dudar de mi barriga hasta mi miembro ya erecto, lo sostuve aun estando por debajo de la ropa y lo apreté ligeramente dejándome escapar un leve pero guarro gemido. El placer y el calor invadían mi cuerpo sin pedir permiso y la imagen de Samuel penetró salvajemente en todos mis sentidos. Me detuve al escuchar la puerta de la habitación de Samuel cerrándose de un portazo y mi cara dibujó una enorme sonrisa maliciosa. Me senté en la cama y recordé de pronto las palabras de Rubuis: "¿Me dices que no vas a jugar un rato con él?". 

-Querido amigo. Sabes exactamente como soy.-Dije para luego morder mi labio inferior con una sonrisa de satisfacción. 

Mi plan tiene que dar resultado: jugaré con él hasta que se sienta demasiado incómodo. Luego él mismo se marchará. No puede fallar. 

El plan, básicamente, es usarlo. Tener encuentros sexuales con él y luego dejarlo confundido. Se asustará, estoy seguro. Y mi primer acto va a ser esta noche. Sé que ahora Samuel es el que se encarga de preparar la cena, y ese va a ser mi momento. 

-Oh, Samuel. Tu vas a quitar ésta calentura que me has provocado.

Me recosté en la cama nuevamente y me dispuse a dormir lo que quedaba de la tarde.

No tardó mucho en oscurecer, y pude sentir el aroma a comida que provenía de la cocina. "No sabes cuanto te arrepentirás, Samuel". Dije para mis adentros con una sonrisa ladeada. Me levanté de la cama y me puse mi ropa de dormir: la típica remera vieja y larga. Despeiné un poco mi cabello y bajé descalzo. 

Estaba ahí, solo y de espaldas a mi preparando la cena. Era increíble lo bien que olía lo que estuviese cocinando, pero yo no bajé en busca de comida. Bajé en busca de Samuel, quien todavía llevaba la misma ropa de la mañana. 

Sin decir una sola palabra me acerqué al refrigerador, saqué la botella de zumo y la dejé en la mesa dónde Samuel cortaba, ya un poco tenso, un gran filete. Cogí un vaso de la alacena, me serví, tomé un poco y me senté sobre la mesa al lado de la tabla dónde Samuel cortaba nervioso la carne sin quitarle la vista de encima. Es peligroso lo que voy a hacer ya que Samuel lleva en sus manos un cuchillo, pero sé que esta acojonado. 

-¿Qué ha-haces aquí, Guillermo?- Sonreí ante sus notables nervios.

-Eh venido por un poco de zumo. Estaba aburrido en mi cuarto y decidí bajar.- Dije para luego darle otro trago a mi bebida.- ¿Qué cocinas?

-Sopa para mi tío, carne para ti y...

-La única carne que quiero es la tuya, Samuel.- lo interrumpí, y ante mis palabras Samuel levantó la vista para mirarme.

-¿Qué?

"Ésto está ganado. Samuel ya esta nervioso y es hora de ponerme en acción". Salté de la mesa y me puse detrás de él sacándole el cuchillo suavemente de sus manos para dejarlo a un lado. La tensión en su cuerpo era evidente porque al pasar mis manos por su pecho sentí como se erizó por completo y soltó un fuerte suspiro. Acerqué mi pelvis a su trasero lentamente y, para mi sorpresa, Samuel se dejó. El calor nuevamente recorría mi cuerpo y comencé a jadear mientras restregaba mi miembro sobre su trasero. Mis manos jugaban sobre su pecho haciendo recorridos lujuriosos debajo de la tela. Le desabotoné uno a uno los botones de la camisa y comencé otro recorrido desde su cuello. 

-Eres una delicia, Samuel.- Susurré cerca de su oreja para luego soltar otro gemido.- Agh, Samuel.

Su cuerpo estaba inmóvil y eso me calentaba aun mas. Se estaba dejando a mi contacto sin reproche. Acerqué mis labios a su cuello dándome paso a mi mismo para depositar unos cuantos besos, lamidas y chupetones que de seguro dejarían marca. Mis manos seguían su juego hasta que comencé a bajar por su vientre hasta su ¿abultado miembro?

-Samuel, estas excitado.- Dije jadeante. Lo giré sobre sus talones para que me mirase de frente lo cual hizo.- ¿Te estoy calentando?- Pero tras estas palabras agachó la cabeza.

-Suéltame.- Levanté su barbilla para que me mirara de nuevo a los ojos.- No soy gay.- Dijo en una fina voz.

-Eso ya lo sé.- Exploté en una carcajada.- Pero tu cuerpo no dice lo mismo, Samuel. Estas excitado y es por mi.-Me alejé de su cuerpo para coger el vaso de zumo y terminar su contenido. Lo lavé y lo dejé sobre la mesada observando cómo Samuel se había quedado paralizado ante mi acción.-Que pena que no traías tus lindas pantuflas de unicornios. Hubieran sido testigos de lo que hubiese pasado. 

Subí a mi cuarto con una enorme sonrisa en los labios. Sé que Samuel es hetero, pero aun así no me apartó en ningún momento. Está cayendo en mi juego y cuando se de cuenta de lo que sucede se irá. 

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Holaa!

Al fin les traje un "Lemmon" entre comillas porque no es muy suculento, pero ya saben que es el principio del juego de Guille. Pronto habrá mas! n.n

Debuh z4

Mucho mas que un amor prohibido (WIGETTA LEMMON) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora