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Cada mañana y día que pasaban, ella esperaba con ansias que la noche llegara.
Llegaba de la escuela, y hacía todo lo que debía a la tarde, para así llegar libre a la noche.
Ya con pijama, a eso de las 10 de la noche el cielo y las estrellas la esperaban para ser observados.
El sentarse en el césped mojado y apoyar las manos en él tras su espalda, le encantaba, y sumando la belleza de las luces que provenían del cielo, era algo mágico.

El salir con amigos a fiestas, no era lo suyo. El hacer sociales, tampoco lo era; al igual que el ser buena alumna. Lo suyo, eran las estrellas, la oscuridad de la noche, el disfrutar de eso. Eso era lo que tenía.

Para ese entonces, era pequeña, pero con el pasar delos años, el ver estrellas se había convertido en una costumbre. Luego de cada cena familiar, ya lista para dormir, bajaba sola a observar sus amadas estrellas por unos minutos; ya sea uno, diez o mil minutos le daba igual, solo necesitaba verlas. Era algo inexplicable.

"Perdida en las estrellas"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora