LA VIDA Y LA MUERTE

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Era un día normal, me desperté como cualquier otro. Mis padres no estaban y yo me tenía que preparar el desayuno sola como siempre. Era sábado, hacía un día precioso y perfecto para salir. Fui corriendo al baño, me lavé la cara y los dientes, después me fui peinar. Cuando terminé me empecé a vestir, me puse una camiseta blanca, unos pantalones rotos por las rodillas y unos zapatos de tacón negros, me maquille, cogí mis cosas y salí a la calle. Antes de salir dejé una nota en la mesa para que mis padres la vieran si yo no había regresado aún.

Iba con la música paseando tranquilamente por la playa cuando de repente vi a mi mejor amiga Nuria, estaba triste, apagada como si le hubiera ocurrido alguna tragedia, iba vestida de negro así que pensé que alguien cercano a ella se le había muerto. Como no me veía decidí ir a saludarla.

- ¡Hola Nuria! - Dije con todas mis fuerzas.

No me habría oído, quizás estaba demasiado triste como para hablar con alguien. Paseé unos diez minutos más y luego volví a casa. Mis padres no habían llegado así que decidí escuchar música para relajarme. Cogí el móvil, los cascos y me puse Nirvana. Supuestamente me tendría que estresar más pero a mí el rock me relajaba. Paré de escuchar música porque me vino el hambre.

- A ver, que puedo comer - dije mientras contemplaba la nevera llena de comida -. Creo que cogeré una pieza de fruta.

Cogí una mandarina, un cuchillo y luego un plato para poner la piel. Cogí el móvil para mirar qué habían dicho por los grupos de WhatsApp. Me quedé bastante sorprendida, no tenía ningún mensaje de nadie y me habían eliminado de todos los grupos. Creía que todo el mundo se había enfadado conmigo. Me puse muy triste, estuve llorando un buen rato. Me relajé y fui al lavabo a lavarme la cara. Cogí el teléfono y llamé a mi madre, estaba bastante triste y necesitaba explicarle a alguien. Me saltó el contestador.

- Hola mama, ¿donde estaís? Yo estoy en casa, seguramente me quedaré aquí todo lo que queda de día, estoy bastante deprimida y me gustaría hablar contigo. Por favor, llámame cuando escuches este mensaje o cuando vengáis por favor, adiós.

Colgué y cogí el mando de la televisión, puse las noticias, salió una noticia de última hora, una familia había tenido un accidente de coche. Salí a la calle para ver qué pasaba, había ambulancias y también estaba la policía. Poco después de haber llegado las ambulancias se fueron. Volví a casa. Había dejado la televisión encendida, seguía la noticia, llevaron a los padres rápidamente hacia el hospital, la hija había muerto. Los padres estaban en el hospital con heridas leves, pasarían la noche allí y al día siguiente ya estarían seguramente en casa.

Fui hacia mi habitación para descansar, me quedé dormida.

Era de noche y mis padres no habían llegado aún, me preocupé bastante porque eran las diez de la noche y no tenía noticias de ellos. Miré el móvil y no tenía ninguna llamada de ninguno de los dos. Como no tenía hambre no comí nada y volví a dormir.

Me desperté a las nueve de la mañana, no estaban en casa y me asusté mucho. Encendí la televisión de nuevo y salía mi familia, en el hospital, a punto de salir. Al ver la noticia cogí los patines y me fui patinando hacia el hospital. Mis padres estaban saliendo de allí e iban hacia el tanatorio. Como no me vieron decidí seguirlos, ya hablaría con ellos cuando llegara.

Llegaron y yo detrás. Lloraban mucho. Se dirigieron hacia una habitación, estaba toda mi familia presente, mis padres estaban deshechos. Me acerqué hacia ellos y les dije:

- Hola, ¿qué ha pasado? ¿Por qué estamos todos aquí?

No me respondieron. Sentí unos familiares hablando:

- Pobre Iris, era muy joven.

Al escuchar eso me quedé bastante sorprendida, no entendía por qué hablaban así de mí. Vi que la puerta donde estaba el muerto era abierta, decidí entrar y me quedé paralizada. Nadie me hablaba ni me miraba porque ya no existía, yo era la muerta por la que toda mi familia estaba llorando, la familia que había tenido el accidente éramos yo y mis padres y yo era la víctima que había muerto.

La vida y la muerteWhere stories live. Discover now