Único.

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Está bien, todo estará bien.

El humo del cigarrillo entre mis dedos se dispersa con velocidad, consumiendo mi pequeña dosis de tranquilidad y paz.

A mis ojos, el mundo sigue siendo errático. La realidad se ve dispersa y sin un sentido que me motive para seguir.

Tienes sueños y muchas metas que cumplir, Jimin.

La última hoja de los arboles cae cuando el invierno se aproxima, el frío arremetiendo contra mis huesos y las torrenciales lluvias diluyendo mis esperanzas.

Irónico que sea tu estación favorita.

El cigarrillo que estaba a punto de acabarse, es arrebatado de mis delgadas falanges y yace en el suelo, desintegrándose conforme las gotas caen de manera incesante.

Me tomas de la barbilla para obtener mi atención, sin saber que todo el tiempo la tienes. No soy consciente del momento en el que tus labios me atacan con pasión, fiereza disfrazada de amabilidad e inocencia.

Mira en lo que te estoy convirtiendo.

Siempre has sido un chico extrovertido y alegre, sonriéndole a todo mundo porque amas la vida. La amabilidad emana por tus poros y la empatía es lo que siempre escucho a los demás rescatar de ti.

¿Por qué te fijaste en el chico roto?

Tus brazos me rodean y me aprietan contra tu pecho mientras nuestro encuentro va tomando forma, mas no puedo sentirme cálido.

Durante un tiempo, las drogas fueron mi Dios, los papelillos mi biblia. Tú fuiste el terrorista en mi vida.

Caemos sobre el edredón, metiéndote entre mis piernas, tus besos bajando por mi mandíbula y yo delirando por las ansias de sentir el éxtasis.

¿Por qué me quitaste mi mundo, Jimin? ¿Por qué no pudiste simplemente hacer la vista gorda y dejarme en mi soledad?

La ropa empieza a incomodar y tú, con tu típica sonrisa plasmada en la cara, te deshaces de ella, nuestros cuerpos quedando expuestos al otro entre roces y caricias.

Alguna vez, él me dijo que tenías el don de servir, de ayudar, de reparar a las personas rotas. Yo, como el tonto que siempre he sido, simplemente hice oídos sordos y asentí, tan embobado con tu belleza como para sestar al tanto de la verdad.

Tanteas mi entrada y gimo con fuerza cuando siento que muerdes suavemente un pedazo de mi cuello, tocando el punto más sensible en todo mi cuerpo. Nuestras erecciones se tocan y un gruñido sale desde tu garganta, haciendo movimientos con tu cadera para volver a restregar nuestros miembros.

Siempre dices que soy una obra de arte sin descubrir y que tú te harás cargo de explorar cada centímetro de mí.

El primer dígito se abre paso por mi entrada, robándome jadeos y quejidos por el ardor de aquella zona. Besas mi mentón y con la lengua bajas por la extensión de mi cuello, en vano intentando reemplazar el dolor físico.

Tu móvil suena a lo lejos y, de todo corazón, quiero decirte que contestes, sin embargo, las palabras se atascan en mi garganta por el nudo que yace formado en ella. Sé qué eres consciente de aquella llamada, tus acciones más toscas y rápidas te delatan.

Eres un ser único que causa alegría al mundo, pero no a mí.

Tus dedos me abandonan y rápidamente la punta de tu pene se alinea con mi entrada, metiéndote con cierto apuro y sin importarte que me esté doliendo como puta madre.

words » one-shot [yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora