Capítulo IX: Un día con el enemigo

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Ya había pasado al menos un año desdé que me adoptaron, y la situación con Almond todavía no mejoraba, hasta el momento ni el señor Maximiliano ni la señora Lauren se había enterado de lo que había hecho hace un par de días con Diamond, y con la única que no tenía problemas era Berry, algo que le agradecía. Era fin de semana, estaba listó para salir, no sabía a donde ibamos a ir; De campamento, de pesca, de visita a alguna ciudad cercana, no importaba pues ya tenía todo listo. Yo estaba sentado en la mesa del comedor, leyendo un libro llamado "Why so serious? If..." era de suspenso, mientras tanto Diamond estaba sentada en el piso de la sala ayudando a Berry a armar un rompecabezas, y Almond estaba sentada en el sillón de brazos cruzados esperando a que el mundo girara. De repente baja la señora Lauren para avisar a donde iríamos, pero ésta vez fue distinto:

-Chicos, esta vez no los vamos a poder llevar a ningún lugar, porque Berry va a ir a una fiesta de cumpleaños- Explica.

Diamond se levanta rapidamente la detiene y le pregunta:

-¿Puedo ir a casa de Elisa? Es qué acaba de terminar con su novio y necesita apoyo y... Tú entiendes-.

-¿Y quién se va a encargar de Almond y Jeremías? no los puedes dejar sólos- y en un murmullo dice, mientras se tapa la cara con su mano:

- si ves que casí se matan en el auto- A lo que Almond responde;

-Yo puedo pasar una tarde con Jeremías, bueno, solo si él acepta- Dice con egocentrismo.

Todas me voltearon a ver, yo desvío la mirada de mi libro y las volteo a ver con un rostro desconcertado, pero a pesar de todo yo respondí:

-Bu... Bueno... Yo estoy dispuesto, pero solo si me prestan un casco- Digo con sarcasmo.

-Bien entonces ya está, te dejamos de paso Diamond- Dice la señora Lauren.

Se escucha el claxon del coche, y la señora Lauren dice:

-Okay, si los dos aceptan los declaro hermano y hermana, ahora nos tenemos que ir porque su padre nos está esperando- Dice algo apurada.

Ellos se van y al cerrar la puerta yo me le quedé viendo a Almond, mientras ella seguía en el sillón viendo hacia la nada, no sabía que hacer en ese momento, pues era algo incómodo, así que simplemente me recargue sobre mi brazo y cerré los ojos por unos minutos. Pero empecé a escuchar ruidos en el ático, cómo casuelas pegando unas con otras y vidríos rompiéndose. Al ir a investigar, me di cuenta que Almond no estaba en el sillón, así que lo primero que pensé fue que Almond había subido y estaba acomodando algo, ni sabía si subir al ático o quedarme, pues no sabía lo que estaba pasando, subí las escaleras, y cuando iba a ir a mi cuarto, empecé a escuchar a Almond llorar, así que me decidí por subir al ático y ver qué estaba pasando, y me emcuentro a Almond acostada sobre unos sartenes y ollas, con pedazos de vidrio tirados y unas cuantas cortadas, y también en su mano izquierda tenía uno de esos pedazos de vidrio ensangrentado, corro hacía ella y se lo quito de la mano, y le grito desesperadamente:

-¿Qué estas haciendo?-.

-¿No es obvió?- Dice entre llantos.

-¿Por qué lo haces?- Le grito.

-Y a ti ¿Qué te importa?-.

-Aún que no lo creas, sí me importa- Empiezo a buscar el alcohol.

Ella se me quedá viendo y dice:

-Esta no es una situación que te deba de importar- Dice con molestia.

-Aún que no lo quieras, eres cómo una hermana- Digo mientras acerco el algodón y el alcohol.

Remojo el algodón con alcohol, me agacho frente a ella, le pongo el algodón en las cortadas y le pregunto:

-¿Te duele?-.

-No, hace mucho que dejó de doler- Dice ella cerrando los ojos.

-¿Porqué lo haces?- pregunto.

-Primero, no te debería de importa. Segundo, hacía esto antes de que llegaras. Y por último, no necesito de tu ayuda- Dice enojada y me quita el algodón de la mano.

Agarro otro trozo de algodón, le pongo alcohol, y sigo poniendolo sobre sus cortadas, ella me veía y pregunta:

-¿Porqué haces esto?- Pregunta con lagrimas en los ojos.

-Porque en realidad me importas- La miro a los ojos.

-¿Sabes? Él se cortaba con vidrios, y para recordarlo hago lo mismo-.

-¿Y quién es "Él"?- Le pregunto.

-¿Aún no lo sabes? Bueno, él solo era alguien que cambió la familia-.

-Cuentame la historia- Le digo.

-No puedo, no quiero- Desvía su mirada al suelo.

-Creó que en algunos días estarás mejor-.

Me levanté y ella me dice:

-Apesar de que te parecés mucho a él, pero no eres él-.

-¿Cómo se llamaba?- Le pregunto.

Antes de contestarme, escuchamos la puerta de entrada, abrirse, y escuchamos que entra Diamond y su amiga Adriana, yo iba guardé el alcohol y el algodón, Almond se pone su suéter y me dice:

-No importa lo que hagas, no eres mi amigo, y mucho menos mi hermano-.

-No importa, cada vez que te vea cortandote, vendré a quitarte el vidrio y a sanar esas cortadas-.

-Pero ¿Porqué?-.

No respondo y simplemente me bajo, llego con Diamond y su amiga Adriana, y las saludo, Almond baja y simplemente se va a su cuarto y azota la puerta, Diamond me pregunta:

-¿Ya se arreglaron las situaciones?-.

-Espero que sí- Digo.

Tal vez Almond no me quería cerca, pero yo aún seguía intentando que ella me aceptara, aún que por mi situación con Diamond, iba a ser más difícil de lo que pensaría.

El Par, De TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora