Maldito dolor de cabeza.—¿Dónde estoy?— Balbuceé. Siento que he dormido años.
Me encontraba en una habitación simple, de paredes color azul neutro, las sábanas blancas y lo que parecía ser una bandeja con comida. Volteé y vi a una chica sentada al lado de mí con uniforme de... ¿Enfermera? ¿Acaso estoy en un hospital?«flashback»
Tengo tanto sueño. No puedo ni siquiera mantener los ojos abiertos porque mis párpados caen por sí solos. Ugh. Salir un domingo debería ser ilegal en este país.
Me levanté de mi cama como si éste fuese el peor momento de mi vida (posiblemente lo es) y me dirigí al baño a hacer mis necesidades. Amarré mi cabello rubio en una cola de caballo ajustada y me vestí con lo primero que estaba a mi alcance; una camisa manga larga blanca de puntos negros y una falda de corte alto negra, combinadas con unas viejas botas de tacón. Mis favoritas.
—Chloe, ¿ya estás lista?— La dulce voz de mi madre irrumpió en la habitación, dándome a entender que ya era hora de ir al gran almuerzo familiar. Ugh.
—Sí, ya bajo.— Afirmé con amargura. Ella frunció el ceño ante el tono de mi respuesta.
—Ya Chloe, sabes que es por la familia.— Dijo. Puse los ojos en blanco y asentí con la cabeza.Me dirigí hacia la puerta de entrada y sentí unos grandes y detallistas ojos grises a mis espaldas. Paré en seco y fruncí el ceño.
—¿Qué pasa?— Pregunté a mi madre, quien no dejaba de ver fijamente mi vestimenta. Ella sonrió mostrando sus dientes alineados y un poco amarillentos a causa del cigarro. Incluso en ese estado, su sonrisa era perfecta.
—Te ves hermosa.— Comentó. No pude evitar sonreír y sonrojarme un poco.
—Gracias, mamá.— Dicho esto, ambas salimos y nos montamos en el auto. Mi madre encendió la radio y Often de The Weeknd comenzó a sonar a todo volumen. Inmediatamente arrecosté mi cabeza a la ventana y disfruté del trayecto en profundo silencio.—¿Por qué esas canciones tienen que ser tan...explícitas?— Preguntó mi madre, rompiendo el silencio que ya había formado desde hace rato. Sí, creo que The Weeknd no es muy apropiado para una madre. Solté una pequeña risa y sacudí la cabeza.
El trayecto fue de aproximadamente 20 minutos, al llegar al restaurante donde pasaría el tiempo con mi familia, pude ver por la ventana a mi molesto primo de 9 años. Suspiré fuerte. Será un largo día.
—¡Chloe, Chloe!— Exclamó el pequeño monstruo de ojos verdes. Se abalanzó contra mí y casi me hace perder el equilibrio.
—Alex, ya te he dicho que no hagas eso.— Gruñé. Sé que no debo ser tan dura con un niño, pero... ¡Es tan molesto! Alex hizo un puchero y me conmovió. Estúpido niño.
—Aff, está bien, tú ganas, lo siento.— Dije, con cierto tono de fastidio. El pequeño monstruo sonrió y fue detrás de su madre, quien me fulminaba con la mirada al ver el trato que le di a su hijo. Me encogí de hombros y fui a saludarla.
—Clarissa, hola.— Creo que es obvio el hecho de que no me agrada mucho mi familia. Son personas hipócritas que una vez al mes se reúnen y fingen unión entre nosotros. Mi tía, sí, la dueña del pequeño monstruo, odia a mi madre. Mis otros tíos no se soportan entre ellos, y qué decir de mi abuela; que cree que soy lesbiana porque nunca me han conocido a un chico. Sí, no está nada bien esta familia.Recibí unos cuantos regaños por parte de mi madre al ignorar a los demás familiares que se encontraban en la mesa, pero no es que me importe mucho. Simplemente no quiero estar aquí. El sonido de mi teléfono interrumpió mis lamentos internos. Claire, como siempre, colmando mi paciencia hablando de cuánto quería besar al chico que le gustaba.
"A que no sabes qué? Hoy estuve stalkeando [adaptación al español de "stalker", que significa "acosador"] a Ashton en Twitter, al parecer terminó con su novia. Ya sabes cuál será mi siguiente movida. ;)"
ESTÁS LEYENDO
A Prueba de Balas
Teen Fiction"Subconciencia, quiero un sueño que me engañe con mentiras que la realidad no puede ofrecer." Ella siempre fue una chica segura de sí misma, con una personalidad y un gran carácter. De repente, su mundo dio un cambio radical. ¿Él? Oculta un secreto...