Nota #69

1K 58 2
                                    

Hola Liz:

Después de haberle contado toda nuestra historia a Jane, ella quedó atónita. Le he contado todo porque a la final se ve que es alguien de confianza y me ha salvado.

Ella simplemente no podía creer lo que le estaba contando. Lo más raro de todo esto es que no reaccionó ese momento, empezó a caminar pensativa y luego me regañó.

¡¿Tú eres tonto o qué?!—gritó.

Realmente me esperaba cualquier respuesta menos esa. No obstante, si uno se para a pensarlo, ella tiene todo el derecho de gritarme, porque sí, lo admito soy un tonto que solo te he causado problemas, Lizeth.

¿Cómo la vas a dejar sola en un momento tan importante?, están siendo amenazados y tú solo te vas. Eres un cobarde, no sabes lo que esa chica le puede hacer a Lizeth en tu ausencia.—explica mientras mueve sus manos en el aire.

Lo sé...

Si ya te regresaste a la ciudad, era de que te quedes allí.—añadió mientras ponía una mano en su entreceja para demostrar que todo lo que había hecho, lo había hecho mal.

Ahora no puedo hacer nada.—añadí.

Eso es más que obvio, no puedes hacer nada y peor con tu estado de salud, te acabas de desmayar.—

Pero esto no es nada a lo que tiene que pasar Lizeth.—repliqué.

Si yo sé, ella tiene leucemia y tú solo te desmayaste porque no habías comido, no tiene ni punto de comparación, pero me sorprende lo tonto que puedes llegar a ser.—dijo con tono de decepción.—Pero recalcar lo que ya está hecho no sirve de nada, ahora hay que ver una forma de que regreses, pero regreses preparado para cualquier cosa.—añadió Jane decidida.

Y, ¿cómo hago eso?—exclamé.

Desde hoy inicia tu entrenamiento.— dijo Jane entusiasmada.

¿Entrenamiento de?

Te vas a volver más fuerte y vas a lograr proteger a Lizeth, porque es increíble que te dé miedo las amenazas de una chica, solo son amenazas, no te ha hecho nada más que ponerte miedoso.—añadió.—Es por eso que desde hoy quiero que te quedes solo algunos días, mientas te recuperas, te voy a enseñar a defenderte.—dijo jane mientras ponía su mano en mi hombro.

Es por eso que decidí quedarme unos días aquí, espero poder aprender todo lo que me quiera enseñar.

Att: Esteban, tu novio

Las cartas que él nunca envió. [EDITANDO] [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora