Capítulo 9

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 Al final la tarde de chicas me viene bien, sin pretenderlo me dejo llevar por sus conversaciones banales y eso hace que cuando volvemos a casa me sienta como nueva. Justo al entrar, me llega un mensaje de Jamie preguntando si vamos a ir al club. No tengo ganas de salir, pero supongo que tendrá algo que contarnos. Le confirmo que nos pasaremos e inmediatamente se lo cuento a Neo.

Está en el sofá con el ordenador y no cuestiona tener que ver a Jamie.

—¿Ha venido David? Tenemos que avisarle.

Neo levanta la vista de la pantalla.

—Sí, ha estado, pero digamos que la conversación no ha sido muy fluida. Ese chico tiene cada vez peor genio.

—Por lo menos has apuntado su teléfono, ¿no?

Neo me pasa su móvil y me afano en guardar el número de David en mi agenda. Le mando un mensaje e inmediatamente recibo su contestación.

—Dice que no va a venir... ¿habéis discutido?

Neo deja el ordenador a un lado y me mira.

—No, aunque eso no quiere decir que él no esté cabreado. Imagínatelo, viene aquí en contra de sus principios, y ahora resulta que no puede regresar. Como entenderás, contento no está.

—Ya, eso lo entiendo pero pensé que mostraría más interés a la hora de buscar una solución.

—Quizás quiera indagar por su cuenta. Sabe que mañana le contaremos lo que nos haya dicho Jamie y creo que hoy está lo suficientemente enfadado como para no tener ganas de vernos.

Oigo a May salir del baño.

—Voy a darme una ducha.

Media hora después estoy lista. Como no compré mas que un vestido, he tenido que revolver medio armario hasta encontrar algo decente que ponerme. Me enfundo unos sencillos pantalones negros y un top brillante palabra de honor. Me envuelvo con una capa de corte militar y ya estoy lista para salir.

Cenamos los tres en un moderno local de sushi en el que se come de pié, cogiendo al vuelo los exóticos bocados que pasan por la cinta en continuo movimiento. La mayoría de las veces, no sé qué es lo que me llevo a la boca, pero casi prefiero no saberlo. Por si acaso. Lo más curioso es que en escasos 20 minutos, hemos terminado y aunque todos los comensales engullen a la misma velocidad, el local está lleno y la cola para cenar da la vuelta a la manzana.

May ha quedado con Adrian en The Town, así que no hacemos más paradas y nos dirigimos allí. Al entrar veo que está igual de abarrotado que la última vez, aunque es fácil encontrar a Adrian porque está en la mesa de siempre. Creo que su estatus le permite tenerla siempre reservada.

Nos sentamos y comienzo a encontrarme mal. De primeras pienso que quizás haya sido la comida sin embargo, no tardo en darme cuenta que no se trata de eso. Clavo la vista en la copa que sostengo y Neo sabe que algo no va bien.

—¿Qué te ocurre?

Levanto la vista y le miro con terror. Con eso le basta para darse cuenta.

—¿Tienes miedo de coincidir con Set? Tarde o temprano le verás de nuevo y tienes que ser capaz de afrontarlo.

Niego rotundamente.

—No puedo verle, no puedo mirarle a los ojos sin pensar en lo que pasó.

Neo me rodea con el brazo y me acerca más a él.

—Es alguien de nuestro destino. ¿No te das cuenta de que antes o después aparecerá también en nuestra realidad? Por muy duro que sea, tendremos que superarlo. No creas que sólo para ti es difícil hacerlo.

Árboles de metalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora