Una vez fui tan feliz que quise compartir mi felicidad con el mundo.
Y lo hice, grite por los cuatro vientos lo feliz que era, lo plena y lo bendecida que me sentía, era algo maravilloso nunca me había sentido así.
Pero no me di cuenta de que al mundo no le importaba mi felicidad, era egoísta sólo se sentaba en él. Ademas aunque resulte increíble el mundo tiene una forma de felicidad y si no eres feliz de esa forma tu felicidad no es verdadera, no estas feliz, no vas con el mundo.
Así que el mundo hizo lo que hace mejor, señaló mi felicidad y sus defectos
-esa felicidad tuya no es verdadera felicidad, como puedes ser feliz de esa forma?. Tu relación debería ser diferente, tu novio debería ser más guapo, más rico, más estudiado, debería venir más, vestir diferente, hablar diferente....etc.
Y fue creando dudas
Tantas dudas que Hasta yo dude que de verdad era feliz. Ya mí felicidad no era felicidad ya eran unas series de preguntas de dudas.
Ya siquiera sabía si había sido feliz alguna vez o si algún día llegaría a ser feliz.Así de esa forma entendí que la felicidad se siente y no se comparte. Siempre habrá alguien que mire tu felicidad y la critique y te haga ver cosas donde no las hay y te haga dudar de tu felicidad.
Hay que ser egoísta y por mas felices que nos sintamos guardar nos toda esa felicidad para nosotros porque aunque sea tan grande que la queramos compartir con el mundo, al mundo no le interesa sólo a nosotros. Y por eso solo nosotros debemos ser felices a nuestra manera.
Y que el mundo no se meta..