Habíamos analizado el muy interesante trabajo del escritor yanky H. Lovecraft, quizá poco comprendida aún a la fecha.
Habíamos visto lo curioso, referido a que es muy poco destacado el hecho que el mismo señala, de su consulta a tradiciones indígenas desconocidas de Norteamericano.
Y eso, junto a hechos que vinculan su trabajo con el del Dr. Castañeda, el misterioso antropólogo mítico en cuanto hace a su vida, se ve que siempre hay otra historia desconocida.Y quizá este trabajo se relaciona con lo que hemos podido investigar muy superficialmente en nuestra ciudad y provincia. Y aquellas narraciones que parecen surgir de un consumo demasiado elevado de fernet con gaseosa, de pronto toman un aire mas real.
Este autor norteamericano, aun considerado hoy como loco o al menos alterado mental, relaciona de forma muy directa con situaciones puntuales que investigara el doctor en antropología Carlos Castaneda, y se coordina con trabajos de investigación periodística realizados en la ciudad y provincia de Córdoba por periodistas del matutino cordobés de mas circulación.
Arkham y Córdoba. Son dos ciudades de existencia real.
En ambos casos, las culturas propias de una y otra están muy vinculadas a religiones oficiales tradicionales, a costumbres folklóricas muy arraigadas en el pueblo, y a supersticiones de tipo mitológico, la mayoría de las veces, que son las que mas se enraízan en la mente colectiva de esa sociedad.Y entonces uno empieza a recorrer caminos provinciales, rutas nacionales de la provincia, y los rumores y alas leyendas empiezan a surgir como hongos después de la lluvia.
Y uno, por ejemplo, va unos días de vacaciones a la casa de un pariente que vive en una pequeñisima localidad en medio del campo abierto, a mas de treinta km de una ciudad, y de noche y con el cielo completamente despejado queda absorto ante la CDF constelaciones que se ven a simple vista.
Estos es posible acá porque las luces de la ciudad no opacan el cielo.
Y uno se da cuenta lo alejado que vive de la naturaleza. Y se empieza a entrar en sintonía con el espíritu del paisaje, y uno puede entender que la gente que vive allí sea creyente (o testigo,eso siempre será analizable) de situaciones que siempre estarán en el limite mismo de lo fantástico.Y uno puede seguir pensando, razonablemente, que Lovecraft no estaba tan loco.