5 ~ I will protect you

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El

Domingo por la mañana, un día perfecto, lo único que faltaría para hacer este día más especial sería tener a mi amada aquí a mi lado. Tuve una gran noche pues ella invadió mis sueños y ella era mía solo mía. Recordar el día de ayer me llena de dicha, el tener la oportunidad de conversar con mi amada fue un regalo maravilloso y eso me hizo tan feliz.

Aún así no puedo evitar entristecerme pues hoy no la podré ver, este hermoso día pierde su brillo al no permitirme  saber a dónde ira mi amada o que es lo que va a hacer, pero así es la vida no todo puede ser perfecto. Decido darme una ducha mientras intento resistir estos impulsos que me invaden y desechar la necesidad de correr hacia su casa y tomarla entre mis brazos.

Al momento de salir de la ducha un mal presentimiento se apoderó de mi causando tensión en mi cuerpo. Esto no es nada bueno es como si mi corazón me llamara a gritos advirtiendome de un peligro inminente, mi amada me necesita y yo la protegeré. No perdí un minuto más y me vesti a toda prisa para salir en su búsqueda. No importa  lo que suceda yo la protegeré pues nadie mas que yo tiene algún derecho sobre ella.

El trayecto fue una completa agonía pues el mal presentimiento se instalaba profundamente en mi ser, estoy seguro de que algo sucede y la realidad es que temía que fuera demasiado tarde. Cuando el reloj marcaba las 10:10am por fin vislumbre la fachada de su hogar, no quería llamar demasiado la atención así que me dirigí a un pequeño parque convenientemente ubicado a un par de casas de la de mi amada, dudo que levante sospechas con un libro en mano sentado tranquilamente en una banca. Escogí el lugar adecuado pues me permite tener una vista bastante clara de su hogar.

A pesar de todo, la sensación de que mi amada estaba en peligro no parecía desaparecer, moría de ganas por entrar a su casa, no importa que fuera a la fuerza pues lo único que quería era saber que ella se encontraba bien. De pronto un sentimiento de tranquilidad me invadió al ver a mi amada salir por la puerta de su casa, venía en compañía de su pequeño. Pero segundos después esa horrible sensación volvió y por mi mente pasaron imágenes de mi amada sufriendo y gritando por ayuda, sacudí mi cabeza tratando de eliminar ese pensamiento pues mi amada se acercaba y estaba bien.

Quería seguir observando la discretamente así que oculte mi rostro en el libro, al parecer habían salido a pasar un poco de tiempo en el parque pues el pequeño corría feliz con una pelota en la mano. Ese instinto maternal le da un brillo especial que la hace ver aún más hermosa, se ve plena y llena de vida, se ve feliz. En ese momento un pensamiento comprimió mi pecho, ella es feliz gracias a su hijo, gracias a una razón que debí haberle dado yo y no un mal nacido que quien sabe dónde esté y con quién. Ese maldito que la dejo sola me las pagará ¿Cómo se atreve a poseer lo que solo me pertenece a mi? Y no conforme con eso la desecha como si de un pañuelo se tratase, si algún día ese idiota intenta volver tendré que encargarme de él personalmente.

—¿Disculpa?— ¡Mi amada se acercó a mi! —¿Te molesta si me siento?— me dijo mientras señalaba el lugar a mi lado. ¡El universo debe amarme! ¡Sin duda este es el mejor fin de semana que he tenido!

—No hay problema, sientate—me hice hacia un lado para que ella se acomodara y en ese momento la dicha invadió mi ser ¡debo de ser una gran persona para que me pasen cosas tan maravillosas!

—Yo te conozco—  la voz de mi amada es tan perfecta —eres el mesero de la cafetería Sweet Dreams ¿cierto?— ¡Me recuerda! ¡Mi amada me recuerda! En este momento podría morir de la felicidad que estoy sintiendo.

Ni la muerte podra tocarte (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora