Prólogo.

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Suspiré y dejé que la música me guiara, las luces estaban en mi, entonces salté consiguiendo los aplausos del publico...

-El avión esta por desender, despierte señorita- una azafata rubia de unos treinta años me despertó.

Me sentía aterrada, vivir con mis tíos me resultaba extraño, ya que no los veía desde los diez años, todo sea por mi futuro, pensé y busqué con la mirada a mi tío Jeff.

El se encontraba parado entre la multitud, con un suéter rojo y un pantalón de vestir, me quede apreciando su forma tan formal de vestir hasta que note que sus ojos grises se posaron en mi. El era un hombre muy elegante, de unos cuarenta años, era muy pálido y tenía el  cabello negro muy oscuro y canoso.

No lo pensé, solo corrí a sus brazos, como una pequeña asustada que buscaba el calor de un abrazo.

-Georgia, cariño- se seco las lagrimas que ya corrían por su mejilla.

El viaje hasta su casa fue silencioso, yo no sabia que decir, y el no era bueno con las palabras.

Extrañaba mucho Londres, sus calles, su acento, su aroma, todo. De pequeña, cuando mis padres decidieron que querían vivir en un lugar mas alejado y tranquilo nos  mudamos a Vermont, mas precisamente a Windsor, es un hermoso lugar, pero ahora que conseguí una beca en The Royal Ballet School volví a mi vieja ciudad.

La casa del tío Jeff era grande, tenia dos plantas y cinco habitaciones, en las de abajo dormía la abuela Anne, y la otra era de invitados, arriba mis tíos, Park, mi primo de diez años y Gina, mi prima un año mayor que yo, mi relación era muy buena con ella, siempre nos habíamos llevado bien. Las paredes principales estaban pintadas color vino, los muebles y escaleras  eran de cedro rojo, el piso era de alguna madera oscura que estaba decorado con alfombras marrones con costuras doradas, lo que hacia que se viera elegante.

Al llegar un aire nostálgico invadió mi  cuerpo, me sentía extraña, feliz y triste al mismo tiempo.

-¡Hola!- reconocí la voz chillona de Gina al instante.

-¡Gina!- grité abrazandola.

Me dí cuenta de que solo sabes cuanto necesitas a una persona cuando la ves después de mucho tiempo y sientes esa emoción que te presiona el pecho, cuando te das cuenta de lo mucho que extrañabas verla.

-Te prepare la habiatacion yo misma, doy por seguro que te va a encantar- sonrió  mostrando sus dientes perfectos.

Sonreí y pase despacio a la casa, mi abuela estaba sentada en el sillón color blanco viendo algún programa de chismes en la tele, me sonrió y me beso la mejilla.

-te extrañe tanto pequeña, estas hermosa- dijo mirandome.

-gracias abuela- le di un largo abrazo entre lagrimas.

-Alexia esta en el trabajo, llegara para cenar- Dijo mi tío entrando a la casa- ponte comoda- miró a Gina-Tu ayudala.

-oh claro- tomó mis maletas y fue corriendo a la habitación de imvitados- me costo elegir el color, pero luego recordé que el magenta y el blanco eran tus colores favoritos, así que le dije al vendedor, que por cierto era muy guapo "dame ese color"- dijo dijo muy rápido- y bueno, todo debía combinar las sabanas y acolchados, y las lamparas obviamente- gritó emocionada- mañana en el colegio te voy a presentar a todo el mundo, ya veras que vas a ser casi tan popular como yo- Intenté articular alguna palabra de agradecimiento pero me interrumpió- hay un chico guapísimo que pegaría genial contigo.

-oh, había olvidado lo rápido que hablabas- ambas reímos- ¿me ayudas a desempacar?

Y nos pasamos las ultimas tres horas arreglando el cuarto, era muy bonito, la pared de la ventana era magenta y el resto de las paredes blancas, había una pequeña biblioteca de pino y un armario del mismo material, al costado de la ventana con cortinas blancas estaba la cama, era sencilla, de madera y tenia un acolchado fucsia.

Al salir el aroma a Pollo tikka masala inundo mi nariz, extrañaba tanto ese aroma. Cuando entre a la cocina mi tía estaba poniendo la mesa, noto mi presencia y se acerco a mi con lentitud.

-Oh, estas tan mayor- dijo una vez estuvo cerca mío- bienvenida- sin decir mas me abrazó

Mi tía era una mujer bajita, recuerdo que cuando era niña amaba peinarla, por que su pelo marrón rojizo me parecía sumamente lindo, pero lo que mas me gustaba era ver sus ojos, eran un verda tan intenso... yo solía pensar que era perfecta, como una princesa. 

-¡Georgia!- Park corrió y se lanzó a mis brazos.

-Hey, pero que crecido estas- sonrió dejando ver sus hoyuelos.

Park era un niño bonito, tenia el cabello color chocolate y los ojos verdes como su madre, era un poco bajito para su edad y tenia algunas pecas en las mejillas que lo hacían ver muy tierno.

La cena concurrió tranquila, la conversación se baso en mi, algo que odie mucho, no soy de las personas a las que le gusta hablar de ella misma, me segocéntrica, por eso intentaba esquivar a la mayoría de las preguntas que me hacían.

Black LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora