Capitulo 5

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Estábamos saliendo de clase cuando vi que Thomas me miraba con cara de pocos amigos, supongo que es porque estaba castigada...
- Que has hecho ahora Rach?
- Nada, si defender a una amiga esta mal no se qué está bien. Lo que ha pasado es que el profesor de historia se ha enfadado con Mónica porque pensaba que estaba comiendo chiclet. Ah, el profesor de historia es el que estaba allí con migo en la sala de castigo, se llama Javier. Bueno, lo que decía, y como que Mónica no estaba comiendo chicle yo voy y le digo a Javier que no esta comiendo ningún chicle, y eso es lo que ha pasado.

Narra Thomas:
Al oír porque le había castigado su profesor me quede sorprendido, no tiene derecho de castigar a una persona que no a hecho nada.
- Que sepas que lo de tu padre me lo he inventado.
- Ya... Me lo temía...- me dijo bajando la mirada, la verdad es que me daba lástima porque no había hecho nada y va ese profesor y la castiga.
- Holle, que no a sido culpa tuya, es el profesor ese que no tiene celebro.- ella se río.
- Porque dices que no tiene celebro.- me pregunto.
- Porque no es capaz de ver cuando alguien tiene buenas intenciones y cuando no.
- Ya... No es muy buen profesor la verdad.- me reí y ella se río con migo, tenía tantas ganas de saber como es su vida, la quería conocer mejor.
- Vale, invito yo.- le dije para ver si me pillaba.
- A que invitas?
- A un helado, a que sino, a dormirte de aburrimiento?- ella sonrió, me encantaba su sonrisa, era la más bonita.- bueno, ven, por aquí hay una heladería.
- Como lo sabes? No eres nuevo en esta ciudad?
- Si, pero para ir donde yo estudio Español necesitaba pasar por aquí, y por eso se que hay una heladería.
- Vale.

Narra Rachel:
Thomas me estaba volviendo loca no sabía donde me llevaba, bueno a una heladería pero iba muy rápido.
- Falta mucho?- Thomas me miro y señalo en frente suyo. Justamente ahí estaba la heladería, era grande tenía dos pisos, tenía las paredes rosas y lilas, las puertas eran de cristal y tenían flores en las ventanas, había una terraza exterior, era preciosa, las sillas eran blancas con figuras al igual que las mesas, arriba habían velas dentro de cubos pequeños monismos, mire a Thomas y vi que el también lo estaba contemplando, Thomas empezó a caminar y yo lo seguí, asta que nos pusimos delante del camarero.
- Que desean?- nos pregunto, este tenía una pinta rara, era calvo y alto, estaba como un palo, llevaba un chaleco y unos pantalones tejanos. Me pareció extraño porque parecía un restaurante.
- Mesa para dos- pidió Thomas mirando no y sonriendo, el camarero asintió y nos hizo un gesto con la mano para que lo siguiéramos. El camarero nos puso en una mesa de fuera, era muy acogedora. Thomas cogió mi silla y me la aparto de la mesa.
- Mi reina, por favor siéntese.- yo reí y hice el saludo de la reina.
- Con mucho gusto- me senté en la silla y Thomas me coloco debajo de la mesa.

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                  Firma: Laia

Thomas Brodie-Sangster y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora