Yo debería estar en casa, es tarde, según mi reloj las 12, pero no estoy lejos… bueno no tanto, pero mi madre debe estar preocupada. Más al salir del bosque lo veo, a él. ¿Qué hará él allí?, aunque el paisaje es hermoso; la suave luz proveniente de esa lejana estrella que ahora de nuevo aparecía, aquella que en ese instante provocaba en el lago un reflejo que contrastaba totalmente con la sobria oscuridad del bosque. Lentamente me retiro hacia la sombras que se levantan tras de mi, no era mi intención ser descubierta, en ese lugar, en aquel momento, ni menos por él. Cuando llego a las afueras de mi casa, escucho a mi hermana llamarme, claro, sin salir de la casa. Me escabullo a la parte trasera de mi hogar, escalo a mi balcón, abro mi ventanal, me acuesto y en un instante el mundo de los sueños me absorbe abrupta y profundamente.
Despierto sobresaltada, lo que paso solo hace siete horas parece un sueño, recuerdo mi imagen entre los árboles de aquel bosque junto al lago y me pareciera ver un atardecer o un amanecer, algo que jamás podré observar directamente. Mis pasos me delatan en la escalera y me siento a la mesa, mi desayuno ya esta servido. Mientras mi padre me vigila y regaña por mi salida a horas inadecuadas, mas al tratar de defenderme menciono lo que junto al lago había observado, mi padre me observa extrañado y un haz de terror atraviesa su rostro, al darme cuenta el ya esta al lado del teléfono comunicándose con el alcalde, mientras mi madre hace lo mismo con el sacerdote del pueblo.
Mientras mi hermano me hacia ascender a empujones la escalera hacia mi habitación para allí explicarme la súbita decisión de mis padres. Según el me contó, esa familia era peligrosa, se alimentaba con raras sustancias, salían a deshoras a recorrer el pueblo y sus caras mostraban el deseo de aquel que posee un secreto con que nadie podrá compartir; en fin, me contó absolutamente todos los rumores que corrían sobre esa familia.
Al día siguiente el pueblo se encontraba raramente agitado, por sus calles se hablaba de persecución, muerte, justicia. Todo por una salida, me sentía culpable ya que yo los había, por decirlo así, delatado.
Esa mismo amanecer los hombres del pueblo salieron con antorchas y estacas para aprisionar a los que supuestamente ponían en peligro nuestras vidas. Dos horas más tardes, desde mi balcón, los ví regresar con los tres adultos y cuatro niños que componían la familia, observe como les enterraban las estacas en sus corazones y como inmediatamente fueron quemados.
Tarde entendí que con mis inocentes palabras había iniciado una caza racista sin procedentes, mi salida diurna durante el eclipse de aquel primer día había matado a siete humanos que eran muy peligrosos para vivir en una comunidad de vampiros.