1943
-Soldados, quiero que sean rápidos y sobre todo silenciosos ¿entendieron?
-Ya escucharon, de prisa, avancen.Soldados del ejército Británico avanzaban a cubiertos hacía un campo de concentración Alemán. Había muchos soldados Nazis por todo el campo, pero los británicos los tenían completamente rodeados. Los británicos debían ser sigilosos, de lo contrario podrían ser descubiertos y si eso pasaba no sólo su vida corría peligro, si no también de los que estaban prisioneros, porque cuando los Nazis sabían que algún ejército enemigo estaba cerca se apresuraban a asesinar a todos los judios y alemanes desertores que estaban en contra del Führer, así la misión habría fallado.
-Despacio, contaré hasta tres y saldremos todos.
-Apunten a sus malditas cabezas, los quiero muertos.La misión era clara, matarían a todos esos infelices Nazis, sacarían a los judios de ahí y los llevarían a un lugar más seguro, nada que no hayan echo antes.
Todos los soldados británicos esperaban atentos la orden de su líder para atacar.-Uno, dos.... tres ¡salgan ahora! -Gritó el soldado líder mientras movía su mano para hacer entender a los soldados que debían salir.
Los soldados salieron de entre los árboles y comenzaron a disparar, fueron tan rápidos que los Nazis no tuvieron tiempo de reaccionar.
-Mátenlos a todos, quiero a cada uno de esos malditos muertos.
Era casi un ley, todo Nazi debía morir. Según casi todos los ejércitos, esos desgraciados no merecían vivir, no después de todo el mal que estaban haciendo y los que hacían a los judios.
-Entren y saquen hasta el último judio, vean bien a qué le disparan, no quiero ninguna baja.
Los británicos avanzaron al interior del campo y comenzaron a sacar a los judios en una fila, enteraban a los dormitorios con una gran rapidez. Terminaron la misión exitosamente, sin ninguna baja, todo había salido a la perfección.
-¡Hora de irnos!
-Rápido muchachos, nos queremos que nos alcancen más Nazis.Una de las misiones más exitosas del ejército británico.
Con el fin de la segunda guerra cerca, los Nazis se estaban debilitando, pronto todo el caos estaría terminado.La compañía y los Judios llagaron a salvo a la base, todos los recibieron alegres de saber que habían regresado todos con vida, no faltaba ni uno solo.
Pero, en sus mentes estaba que ese era un campo pequeño. No había tantos Nazis y sabían a la perfección el recorrido, aunque los campos pequeños como ese estaban casi desaparecidos. Debían dar un golpe grande en la cara de Hitler y comenzar a asaltar los campos más grandes era la opción. Ningún soldado ni Judio moriría, ya no más.Soldados británicos preparándose para atacar un campo de concentración
1943