CAPÍTULO 33: "Abrir la cabeza y cerrar el corazón"

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Scarlett

El timbre sonó y todos empezaron a entrar al aula de química como una estampida. Un escalofrío me recorrió la columna vertebral por el jodido frío que hacía en ese salón. Todos estaban abrigados hasta los ojos, literalmente. Por suerte era la última clase del día.

Este frío es uno de los peores que han hecho en años aquí, es casi insoportable. Además de eso, mi cutis se seca de sobremanera este clima. Horrible, tengo que hidratarme cada dos segundos, y además de eso mis labios se quiebran cada dos segundos. 

Elevé la vista y vi a Charles hablando con Sophia en la puerta. Ella sonreía de oreja a oreja y él se pasaba la mano por la cabeza con una media sonrisa en el rostro, mientras que miraba hacia abajo y le decía algo en voz baja. Sentí que fulminaba a ambos con la mirada, y cuando sus ojos - los de los dos - se encontraron con los míos, lo único que hice  fue bajar la mirada a mi libro.

Todo es muy confuso. Yo estoy más que confundida con todo esto que está pasando, o que me está pasando, en realidad. Me molesta, me molesta muchísimo si quiera hacerme una idea de que me puede llegar a estar pasando algo con Charles. Quizá no es confusión, si no algo mucho peor, miedo. Miedo de volver a salir lastimada de una relación que, desde el principio, estuvo destinada al fracaso.

Cerré los ojos unos segundos, suspirando abrí la tapa de mi libro de ciencias. Elevé las cejas sorprendida al encontrar una pequeña nota. El papel era de color celeste y al abrir la pequeña notita la letra, a pesar de ser un poco destartalada, era muy bonita. Leí lo que decía sonriendo.

"¿Alguna vez te dije que tienes la sonrisa más hermosa del mundo?"

C.

--- Justo como la que tienes ahora. -- su aliento me golpeó en la oreja y sentí sus brazos rodear mi cintura. Mi sonrisa se ensanchó aún más y me giré en la silla recostando mi espalda por la mesa de mármol. 

Charles miró a mis ojos y sonrió, se acercó lentamente y sus labios se posicionaron sobre los míos con una sonrisa asomada en la comisura de los mismos. Mi pecho se revolvió un poco al recordar que lo vi con Sophia en la puerta. No soy de ese tipo celosa, pero me hirieron tantas veces que la duda y el miedo siempre va a estar en mi sistema. O algo así. No soy buena explicándome. 

Me aparté y mis ojos se clavaron en el piso. Los dedos de Charles jugaron con mi cabello y luego los colocó detrás de mi oreja.

--- ¿Qué pasa? -- me preguntó. Me encogí de hombros, aún con la mirada en el piso.

--- Nada. -- no sabía como decirlo sin sonar como una nena celosa e insegura --. Es sólo que... 

--- ¿Qué? -- me interrumpió -- ¿Es por qué estuve con Sophia? -- no le contesté, y por esa misma razón el se dio cuenta de que si era por eso. Escuché una risita y luego el se sentó a mi lado --. ¿Qué pensabas? ¿Qué estaba coqueteando o algo? 

--- Puede ser. -- me encogí de hombros nuevamente.-- Pero no solo con ella, ayer estuviste todo el día con Mía. 

Mía es una amiga de otro año. Salimos de vez en cuando y por un tiempo fui su consejera para que un chico varios años mayor se fijara en ella. Hace mucho no salimos juntas, pero aún mantenemos en contacto.

--- Mientras tú piensas que le coqueteo a todo mundo, a todo el mundo le hablo de ti.  

No supe que responder, me quedé en silencio observando sus ojos tan profundos, casi emocionada por lo que sus palabras significaban, porque me di cuenta en ese segundo que sus palabras significan mucho para mí, al igual que sus acciones, al igual que todo él en sí.

El nieto de la Sra. Robertson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora