CAPÍTULO UNO

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Sí, definitivamente, me encantaba como me quedaba mi nuevo vestido de color negro ya que se ajustaba a la perfección a mi esbelto y bien definido cuerpo. Realzaba de una manera escandalosa mis curvas y su generoso escote mostraba gran parte de mis encantos. La verdad era que, hasta el día de hoy, nunca me había sentido tan hermosa y provocativa, todo sea dicho, como me sentía en estos momentos.

Te ves genial, prima, ¡algún día tendrás que prestármelo! exclamó desde el marco de la puerta una muy entusiasta Julia.

Cuando quieras, solo tienes que pedírmelo y lo tendrás. Por cierto... ¡Tú también Luises estupenda!

No todos los días celebra una su despedida de soltera dijo sonriendo mientras giraba sobre sí misma delante del gran espejo que había en la puerta del armario de la habitación donde me encontraba contemplándome. Sin dudas, quería tener una mejor vista desde todos los ángulos posibles de su vestido rojo que hacía juego con su melena.

Calzaba unos altísimos zapatos de tacón de aguja del mismo color y llevaba el pelo peinado con un laborioso recogido. Su maquillaje era sencillo, con colores suaves y para nada cargado. De su cuello colgaba una fina gargantilla dorada, regalo de su prometido, y lucía un hermoso anillo de oro de compromiso. Sin duda alguna, más de uno se iba a quedar con la boca abierta cuando la vieran.

Faltaba solamente una semana para el gran día; por fin mi alocada prima se casaría con Ricardo, su novio de todo la vida. Ella era apenas dos años mayor que yo y ya tenía la vida resuelta: se casaría, tendría al hombre de su vida y se iría a vivir a un pueblo cercano. Desde allí ejercería la profesión de peluquera ya que su futuro marido le había acondicionado un salón de peluquería en el bajo del que sería su nuevo hogar. Uno que estaba ya listo para ser abierto una vez que regresaran de la luna de miel.

Las dos nos parecíamos mucho, en carácter y físicamente, aunque ella tenía un poco de menos pecho que yo y además era morena, bueno, ahora pelirroja gracias a la magia del tinte. Por eso, los que no nos conocían creían que éramos hermanas, y en cierto modo era como si lo fuéramos.

Yo en cambio, con mis veinticinco años, no tenía ganas de novios, ni de independizarme y mucho menos de ¡casarme!. Solo me centraba en mi trabajo, una tienda de artículos de regalos, negocio familiar, que regentaba con mis padres en una urbanización de lujo. Mi madre hacía turnos conmigo, yo abría por las mañanas y ella por las tardes. Nuestro hogar no quedaba muy lejos de allí. Y aunque era una casa grande de campo y se encontraba algo aislada, tenía cerca una autovía que hacía más fácil la tarea de desplazarnos a cualquier lugar en poco tiempo. Debo de reconocer que me encantaba vivir en aquella pedanía, pues era muy tranquila y acogedora.

Mi prima Julia estaba viviendo de momento con sus padres y con su hermano Roberto de diecisiete años, en una casa que se encontraba dos calles más abajo de la mía, al otro lado de la carretera. Gracias a la cercanía, nos veíamos muy a menudo, manteniendo así una estrecha relación. Aparte de ser mi prima, era mi mejor amiga.

Y esta noche era una noche muy especial, ya que íbamos a celebrar su despedida de soltera. Habíamos quedado con nuestras amigas en la discoteca Novo, un local muy famoso y que se encontraba en Murcia capital, en la zona Atalayas. Aquél barrio era muy conocido por ser un lugar donde se concentraban las mejores discotecas de la ciudad y por lo tanto, era la zona elegida por la juventud para sus salidas.

Acababa de terminar de maquillarme y ponerme los mejores pendientes que tenía, cuando mi excitada prima había interrumpido en el dormitorio. Se la veía muy nerviosa, así que pensé que se debía a la larga y emocionante noche que nos esperaba por delante. En ese momento estaba mirándome en el espejo, comprobando una vez más como me quedaba mi provocativo vestido nuevo, que se ataba alrededor del cuello, era también muy escotado, con la espalda descubierta, y tan corto que tan solo me llegaba hasta la altura del medio muslo.

Saga La Era De Los Vampiros, Libro I: Dulce CautiverioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora