Capítulo 34 [1/2]

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Aviso: Este capítulo para mi es uno de los más importantes de toda la novela que estoy escribiendo. No sé si llegaréis a comprender por que es tan importante para mi, pero si lo hacéis, espero que toda persona que se sienta identificada capte el mensaje y sobretodo que lo respetéis. Un beso.



Aquella mañana no me daba confianza, no me daba esa confianza de que sería un buen día, pero aun así a todos nos toca abrir los ojos y sacar un pie de la cama. La noche anterior había sido una completa locura, había sentido el corazón queriendo salir de mi pecho cada vez que ella me miraba y aquello, por tan bonito que pareciese, era lo más peligroso del mundo. Aunque estuviese rodeada de cientos de rascacielos sentía que el único que me importaba era en el que mi cabeza estaba ahora mismo. Mis padres vendrán hoy.

Sé que suena esperanzador a lograr perder el miedo de estar sola en una nueva ciudad, pero honestamente, lo único que quería yo, era perderme por completo. La relación con mis padres comenzó a debilitarse cuando abandoné mi carrera para poder sentirme como alguien normal, para poder caminar con cascos en mis oídos y que nadie interrumpiese mis pensamientos soñadores, desde ese momento, yo les había perdido.

Desde que todo había cambiado, algo lo había hecho en mi interior también. A pesar de estar rodeada de gente preciosa en cuerpo y alma, una, entre 7 billones había robado mi corazón. El paso de los años había despertado algo nuevo en mi, cuestiones que jamás había tenido en mente y, aunque mi sueño siempre había sido tener una mansión con un montón de mascotas a la edad de los 4 años, todo había ido remodelándose con el tiempo. La mansión ya no era una mansión, ahora era un simple ático en Nueva York, y todos los sueños que había antes en mi almohada, se habían quedado en simple relleno de plumas y algodón.

Laris: ¿Qué haces despierta tan pronto? - decía la chica morena que aparecía despeinada en la cocina.

Camila: Tengo un día de reflexiones.. - la dije mordiendo suavemente un lápiz.

Laris: ¿De esos en los que empiezas y no paras hasta que te quedas dormida? - rió en un susurro.

Camila: Algo así. - resoplé tirando todo mi cuerpo hacia atrás en el sofá - Hoy viene mi familia, ¿sabes?. Hace mucho tiempo que no les veo, y las cosas han cambiado desde que ya no estoy con ellos.

Laris: ¿Tanto han cambiado las cosas? - preguntaba interesada mientras que llenaba su taza de café.

Camila: No son las cosas.. soy yo la que ha cambiado. - dije mirando al techo - ¿A veces no sientes que si realmente te mostrases como eres, la gente no te aceptaría?

Laris: Si, como si siendo tu misma no fueses suficiente. - se sentó delante mía reposando la taza de café en la mesa.

Camila: Si, como si llevases una máscara constantemente..

Laris: Y como si nadie te entendiese realmente. - continuó.

Camila: Así es como me siento. - gruñí tirando el lápiz lejos de mi.

Aquel día, me di cuenta de que no todos vivimos de metáforas, que no somos poemas, ni somos colores, ninguno es deidad.

Camila: Tengo miedo. - confesé.

Laris: ¿De que tienes miedo? - me miró confusa.

Camila: De no ser la misma persona dentro de 2 horas. - dije antes de que el timbre sonara.

Oigo el sonido y mi corazón se paraliza, ha llegado el momento de ver sus caras de nuevo y no estoy preparada. Siento que sus caras son las mismas, pero la mía, hoy luce distinta a los demás días, al menos yo me veo así.

Polaroid  || Camila Cabello & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora