Keep you ; kellin quinn [iych #1.5]

XXVII

^ Texas is forever para ustedes porque la amé y quiero que todos la amen también :) ¡Vic mijito rico, te como con papaaaas! lo dije, ahora me voy

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"La vida es una broma, pero al menos puedo amarte, desnudo y tatuado contando estrellas y cicatrices. Y si el dolor es un sonido, vamos bajándolo lento."

: : C A P Í T U L O  V E I N T I S I E T E | Seré libre para entregarte todo el amor

Antes.

(Kellin)

Frío.

Eso siente dentro de mi pecho enfundado por la más andrajosa camiseta de falso algodón que me compraron en remate de la tienda más barata que había en la ciudad. ¿O me la regalaron? Ya no importa un carajo, en realidad.

Mi estomago ruge con hambre mientras trago una carga de saliva para evitar que las entrañas comiencen a protestar por mi falta de alimento... desde hace días. No importa, lo que vale es que la mantengo protegida.

¿Qué importa donar mi comida por esta causa? Nada. Y al final no es como si ese pan rancio y duro fuese un banquete celestial, no me estaba perdiendo nada interesante al no comerlo.

Pero si eso ayudaba a que ella durmiese tranquila por las noches mientras se acurrucaba debajo de su mantita, lo haría una y otra vez.

El mundo en un reformatorio es tan diferente al que pintan. Niños en vulnerabilidad social están a la par con menores delincuentes, no se distinguen aquí. Y sufren los mismos abusos y castigos por partes iguales, sean culpables de algún delito, como si no.

Y ahí estaba yo, el cabrón que estaba aquí porque lo merecía... y ella, la niña huérfana que había tenido una vida tan jodida que terminó aquí sin tener culpa de nada.

Stacy.

Suspiro con nostalgia cuando pienso en las risas compartidas con aquella niña mientras ella me explicaba cuan importante era el sentido de la lealtad... porque su madre le había dicho que lo era.

Recopilando todas estas cosas más el hambre que asaltó mi barriga en ese momento, echo la cabeza atrás y cierro los ojos con fuerza.

Y esa noche juré ante el cielo y el infierno juntos que si alguien me había metido aquí, el que sea que me haya acusado y enviado a este lugar, pagaría tan caro que su vida no valdría nada después de eso.

Tal y como mi vida no vale nada ahora.

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Actualmente.

Las yemas de mis dedos estaban enterradas levemente en la suavidad de su nívea piel que olía como aroma de los dioses o algo parecido. Mis brazos reforzaron su agarre en su cintura y su espalda estaba tan cálida pegada a mi pecho que todo se pintaba de un tinte tan perfecto y... correcto. Todo estaba bien en mi mundo si es que sumabas a Megan en la ecuación.

Y admito que su pregunta fue como un golpe bajo en el estómago. Creo que incluso me encogí cuando las palabras salieron de su boca.

Yo. Jamás, en toda mi puta vida y el resto de lo que me queda de existencia, la dejaría ir.

Nun.ca.

Algo tan desgarrador como la desesperación clavó sus garras en mis entrañas cuando caí en cuenta de lo que estaba ocurriendo. Megan quería escapar de mis brazos porque yo estaba tan cegado por el odio para ver que si seguí así, la acabaría perdiendo.