Prefacio

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Y de repente lo vi y juro que esas lágrimas me dolían tanto como si fueran mías.

Cuando abrí los ojos todo me daba vueltas, el lugar donde me encontraba se parecía a un túnel...Algo dentro de mi tal vez un sexto sentido por decirlo así, me decía que avanzara hacia una perturbadora luz. Mis piernas me flaqueaban hasta el punto que pensé que iba a caer...

Cuando súbitamente escuche esa voz que hacía que me estremeciera con cada susurro.

-Jocelin-Lo escuche decir. Di algunos pasos en dirección contraria a "La Luz"-Jocelin, cariño

-Harold-Susurre pero aparentemente no me escucho, aun veía todo blanco y me pregunte de dónde provenía la voz. Decidí escuchar los sollozos que alcanzaba a detectar-

Y de repente estaba en una habitación de hospital. Harold estaba ahí, cerca de una de esas camillas que me ponían nerviosa. Sonreí de oreja a oreja. Corrí a abrazarlo pero el no parecía sentirlo, a esa distancia pude ver como las lágrimas caían desde el rabillo de sus ojos y puse mala cara. Miraba en dirección a la camilla que estaba a nuestro lado. Baje la vista y vi como sostenía la mano de la persona que se encontraba ahí y pude percatarme que el esmalte que llevaba esta mañana, de color negro, reposaba sobre la mano de esa persona. No podía asegurar que fuera el mismo pero el parecido era extraordinario. Volví la mirada hacia la camilla y retrocedí unos cuantos pasos.

-Oh-Suspire ahogadamente. Tape mi boca con mi mano izquierda- No, ¿Qué mierda está pasando? - Me acerque a Harold- Harold... ¿Qué sucede?-Dije entrecortadamente. El no respondió. Le di un pequeño golpe en el hombro- ¡Contesta carajo!

-Jocelin...Despierta-Acaricio la mano... ¿Mi mano?-

Me acerque a la camilla y definitivamente era yo, solo que con aparatos por todos lados. En mis brazos había agujas que dejaban hacer el proceso intravenoso. Mi cara estaba pálida.

-¡Despierta!-Susurre-Esto tiene que ser...-Imprevistamente vi como Harold se acercaba lentamente a mi rostro. La respiración se me volvió agitada. Paso un mechón de cabello que revoloteaba por mi cara, por detrás de mí oreja. Y su respiración se escuchó en la habitación. Pude notar su nerviosismo. "Si vas a hacer algo, hazlo ya" Dije para mis adentros. Sonrió aunque era una sonrisa falsa pude creérmela por un segundo-

-Te amo-Susurro y me beso-

Ese momento pudo haber sido lindo pero el beso duro tan solo unos segundos ya que las maquinas que registraban mis ritmos cardiacos o lo que quedaba de ellos comenzaron a emitir sonidos desagradables. El rostro de Harold cambio por completo, pude leer desesperación en sus facciones.

-Harold... ¿Qué pasa?-Pregunte inútilmente-

-¡Jocelin! ¡Maldita sea!... ¡Joder, amor! ¡No te vayas por favor!... ¡Soy un idiota!... ¡Perdóname!... ¡Doctor, enfermera, alguien!-Lloraba como nunca lo había visto llorar en la vida, y en ese momento sus lágrimas me dolieron tanto como si fueran mías. El doctor entro en la habitación. Me posicione detrás de Harold, abrazándolo-

-Joven necesito que salga de aquí por favor...Enfermera trate de estabilizar los ritmos cardiacos...Joven por favor entiéndalo... ¡Salga ahora mismo!-Dijo el médico-

-No, deje que se quede-Dije aunque ya debería de dar por sentado que nadie me escuchaba- Lo necesito

-¿Está bien...Verdad?-Pregunto inocentemente mi chico-Dígame que no se va a morir. Dígamelo

-Enfermera, saque al chico de aquí-La enfermera se acercó a Harold. Me posicione frente a ella pero fue inútil. El lloraba y repetía mi nombre. El doctor comenzó a recuperar el ritmo utilizando un desfibrilador...vi como una parte de mi pecho estaba descubierta...Me paralice cuando mi pecho se levantaba agresivamente. No puedo expresar cuan tan atroz me parecía. De repente sentí como si algo me arrastrara hacia atrás, me volví a ver qué era eso y ahí estaba "La luz", vi hacia la indefensa y débil chica que estaba en la camilla y luego a la perturbadora luz, di unos pasos hacia adelante...

-Jocelin-Escuche aquel fuerte grito que fue lanzado con tanta fuerza de la garganta de Harold-

Y abrí los ojos, mi respiración era anormal...Estaba en mi habitación, me coloque una mano en el pecho para inútilmente tranquilizar mis nervios. Suspire.

-¡Dios!... ¡Solo fue un sueño!-Lance una temerosa risita-Fue tan loco, tan real-Dije hablando conmigo misma. Me recosté de nuevo en mi cama intentando dormir ya que eran las 4:45AM, pero no lo conseguí. La alarma sonó exactamente las 7 de la mañana. Y aunque normalmente digo que odio despertar, hoy me alegro de haberlo hecho.


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⏰ Última actualización: Mar 20, 2016 ⏰

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