Dos dias mas tarde recordaría lo que pasó apenas ayer. Revolviendo el café haciendo danzar lentamente la cuchara metálica dejando estelas de espuma, mientras el humo del mismo comenzaba a empañar la ventana por la cual lo veía marchar, con su mochila negra y su traje formalísimo. Por la misma ruta de tierra por la que venía ayer avanzada la noche hoy se marchaba, de la misma forma que lo había hecho la mañana pasada,con el hábito rutinario comparado a un trabajo. Ella suspiró. Sabía que mañana vendría de la misma forma que lo hizo ayer, y que lo hizo anteayer. Aquel amor de noche se convertiría en melancolía al amanecer y ella volvería a extrañarlo. sus sentimientos volaban al anochecer, pero la mañana y el frío campestre le hacían volver los pies a la tierra de la realidad, aquel no era mas ni menos que su amor compartido.