Adolescentes!

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Narcissa tenia 16 años le faltaba un año para graduarse en Hogwarts, su prometido estaba ya en su último año como también su gran amor.
Aunque para él ella era invisible pues estaba enamorado de la perfecta Lily Evans, aquella muchacha de sonrisa perfecta y ojos hermosos, si aquella con aspecto inocente, Cissy como la llamaban sus hermanas la odiaba, odiaba todo lo que tenia que ver con la princesa de Gryffindor.

- Cissy que esperas? Llegaremos tarde- Le dijo Bella una de sus hermanas, ella estaba en su último año y hoy compartían clases con ellos, una oportunidad más de ver a aquel chico de piel blanca y cabello negro, de mirada intensa.

Narcissa llego al salón de clases y lo vio, si estaba junto a la pelirroja sonriendole, su mirada se distrajo hacia una melena rubia platinada, su futuro, el arrogante Lucius Malfoy.

Se sentó junto a él dándole un beso inocente en la mejilla, el rubio solo le sonrió levantando una ceja.

- Bueno estudiantes, trabajarán en pareja, pero esta vez..- Se llevó el dedo índice sobre los labios- Formarán pareja los de último año con sus sucesores.
- Aquí ya estamos- Dijo Malfoy.
- Mmmmm no Señor Malfoy, yo voy a elegir a las parejas y empezare justamente con la Señorita Black- Dijo señalando a Narcissa.-Usted trabajará en esta ocasión con el Señor Snape.

El corazón de Narcissa comenzó a latir tan fuerte que parecía que iba a salirse, se puso muy nerviosa no sabia como reaccionar.

- Señorita Black!- La volvió a llamar para tener su atención- Señorita Evans ocupará otro lugar.
- Bien- Contesto la pelirroja, tomando sus cosas.

Cissy llego hasta Severus con sus cosas algo tímida y nerviosa, se acomodo a su lado y lo vio de reojo, él tenía la vista al frente ni se inmutó por su presencia, la joven solo suspiro.

- Soy Narcissa- Dijo casi en un susurro mirándolo, él volteo lentamente hacia ella.
- Sí, la menor de las Black- Respondió volviendo a ponerse derecho.- Lo sé.
- Sí, te gusta mucho Evans no?.

Los ojos de Severus se abrieron al tope pensaba que podían haber salido se volteo furioso.

- Cómo dijiste?- La tomo del brazo con una fuerza inmensa.
Nadie se percató que Snape y Black estaban en una cierta discusión, pues todos estaban tan concentrados en la elaboración de sus pociones y el profesor leyendo un libro.

- Bueno.. yo..- Estaba sumamente nerviosa- Se nota bastante- Bajo la cabeza, y su vista fue directa a la mano del chico en su brazo.
- No digas idioteces y no te metas en cosas que no te conciernen Black, tú solo ocúpate de tu prometido- Dijo tirando su brazo.

Y así pasaron las dos horas de clases ya no se volvieron a hablar ni se miraron.
Severus estaba nervioso, esa chiquilla malcriada lo saco de sus casillas diciendo aquello.

- Snape!- Escucho que lo llamaban cuando ya iba saliendo de la clase, conocía aquella voz, se quedo quieto pero no volteo.- Lo siento- Se disculpó Cissy.
El chico no contesto, siguió con su camino sin darle importancia.

Y así pasaron los días donde ninguno volvió a dirigirse la palabra, donde se miraban a lo lejos, ella amandolo más, él confundido e ignorandola.
Y así entre cosas que hacer llego el último día de clases, donde su prometido se graduaba junto con su hermana Bella y el chico Snape, del cual ya no supo nada más, solo que lo veía como prefecto de su casa.

La graduación culminó y oficialmente ya no eran estudiantes de Hogwarts, el chico Snape se volvió más solitario de lo normal, peligroso y agresivo, su única compañía de vez en cuando solía ser Lucius, escucho por los pasillos del castillo que había peleado con Evans y que está lo había sacado de su lista de amigos, desde entonces ella supuso que se volvió así, más frío y cerrado.

El tiempo pasaba y ella lo seguía amando, lo lloraba cada noche rogando que su vida tuviera otra oportunidad y que pudiera ser fuerte y valiente para decirle a ese chico que ahora ya era todo un hombre, que lo amaba, que había estado enamorada de él desde su adolescencia, que era su primer amor, aquel sentimiento inolvidable.
Pero ya no valía la pena, estaba a dos horas de casarse con Lucius, el hombre que su familia le puso en su camino, y ella como la buena niña que siempre fue, lo acepto, según sus padres era el hombre indicado tendrían un gran futuro juntos.

Estaba hermosa con su vestido blanco de seda con detalles de encaje, se sentía única.
Salio lista y decidida, vio a su futuro esposo esperándola en el altar con su traje negro reluciendo su melena rubia tan perfecta como siempre, le regaló una sonrisa y él asintió devolviendole el gesto.
Mientras iba caminando a sellar su vida, su destino, lo vio, si estaba ahí, se había vuelto muy amigo de Lucius, se miraron por unos segundos sin parpadear, ella quería decirle tanto pero no, no podía arruinar algo que con tanto esfuerzo han formado sus padres más allá de ella no estar de acuerdo, se resigno Severus Snape nunca seria para ella, nunca lo tendría amandola, se tenia que conformar con verlo en sus sueños e imaginar una vida a su lado, quedarse con las ganas de descubir el sabor de sus labios.

Severus la veía caminar por la alfombra mullida de verde oscuro, Lily se había ido de su lado se había casado con Potter, si su gran amor, la pequeña pelirroja pero no sabia que le pasaba con Narcissa Black, la futura Señora Malfoy, desde ese día que trabajaron juntos en la clase de Pociones, si desde esa vez algo había sentido por ella, era un deseo inmenso de querer tenerla cerca, sentir su piel, quería verla desnuda para él, se dijo que quizá solo era un deseo sexual normal pero no, siempre que terminaba con alguna mujer fácil siempre terminaba cerrando los ojos y se imaginaba que era ella, no Lily Evans, no, ella Narcissa la menor de las Black, se imaginaba que era ella la que estaba sobre su cuerpo gimiendo su nombre.

Pensó conveniente hacerse amigo de Lucius no sólo porque ambos eran mortifagos ahora sino porque quería descubrir que era lo que Cissy le hacía sentir, si era solo eso, deseo carnal, si porque la mujer era hermosa, dueña de un cuerpo perfecto, que a cualquier hombre pondría loco.

El Sí, acepto de los labios de la mujer lo sacaron de sus pensamientos, todos los presentes aplaudieron cuando los felices novios se daban el primer beso como marido y mujer.
Él solo los observaba, no sentía celos ni estaba furioso pero de todos modos quería saber que era todo aquello y encontraría la respuesta cueste lo que le cueste, arriesgado si, pero no le importaba...

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2016 ⏰

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Un amor caótico pero realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora