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10:21 pm.
– Me dejaste con la duda... De nuevo.
– ¿Cuál?
– ¿De si quieres que te conquiste?
– ¡Claro que no quiero! ¡Quiero ser soltera!
– ¿Entonces porque sigues atendiendo el teléfono todos los días entre las diez y diez y media e, incluso me llamas?
– Pues porque... ¡Eres mi amigo!
– Oh, me dolió, pero hay mucha duda en tu voz.
– Claro que no...
– De nuevo, duda. Empiezo a creer que te gusto y no pretendes decirlo porque hiere tu orgullo.
– ¡Claro que no! Mi orgullo no se va a herir nunca.
– O sea que nunca me lo dirás...
– No dije eso.
– Lo insinuaste.
– Claro que no.
– Deja de decir "Claro que no" Es una seña de que estás nerviosa.
–Claro que... Bien, eso es mentira.
– Mara, he visto Psicología ya, sé lo que es un comportamiento nerviosos y como se manifiesta, no puedes mentirme por mucho, eres muy obvia.
– No soy obvia.
– Eso crees tú. Te dejaré con tus creencias, yo tengo mis suposiciones.
Colgó.
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La llamada del chico de al lado
ContoMara no esperaba encontrarse con unos chicos nuevos en la habitación de su tía cuando fue a visitarla. Entonces comenzaron a llamar a la casa por parte de un chico de la casa de al lado, sólo que ella jamás lo ha visto, ni conoce, y no esperaba que...
