Diciendo adios.

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Cuando regreso, ahí está, Judith, en frente mío, mirándome como si esa fuera la ultima vez que nos viéramos en toda la vida.

-Tessa...
-Judith ¿Qué haces aquí? Deberías estar en el hospital- le digo yo asustada-. Estás en coma ¿cómo te has levantado?
-Eso ahora no importa. He venido para que me prometas una cosa: que aunque me valla y no nos volvamos a ver seguirás siendo tu, harás nuevos amigos y encontrar el amor.
-No acabo de entender esto ¿Te vas?
-Sí, muy lejos, a un sitio donde jamás me encontrara nadie. Antes de irme ¿Me lo prometes?
- Lo, lo, lo prometo.
-Gracias. - me dice mientras le caen las lagrimas- Ahora me puedo ir tranquila. Adiós Tessa.- me dice mientras me da un fuerte pero agradable abrazo-

De repente pestañeo y ya no está. Supongo que son mis alucinaciones de siempre. No puedo imaginarme una vida sin ella. No sobreviviria. Es como... Mi ángel de la guarda.

Aprendiendo a vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora