Adrián
"¿Puedes venir a mi habitación?"
Le envío un mensaje a Sam.
Hoy está en mi casa y quiero verla sólo un instante y decirle todo lo que siento por ella.
Aun no se como declararme ante ella, no se si pedirle que sea mi novia, tengo miedo a hacerle daño y que no quiera saber de mi jamás.
Miedo a ilucionarla y después que cambien mis sentimientos por ella.
Aunque dudo que pase aquello.
Miedo a tenerla y causarle dolor alguno.
Miedo a perderla tal y cual como perdí a mi padre.
Millones de cosas por las cuales siento miedo, desesperación por tenerla, algo que jamás en mi vida me había pasado. Algo nuevo para mí.
Algo demasiado puro para mí.
Me siento como todo un crío ante ella. Su madurez es la que me ha enomerado, su manera de captar y comprender las cosas.
El mensaje no tarde en llegar:
"Valeria y tu mamá van a salir, yo ya dije que me iría en cuanto ellas se vayan"
Le respondo:
"Te espero"
"Okey"
Pasan cinco minutos y escucho el auto de mamá salir.
Y los pasos de Sam subir hasta mi habitación. La piel se me eriza.
Cómo competir con éste sentimiento que cada vez mas hace que me pierda.
Toc-Toc.
Hasta sus toques en la puerta son tan suaves como ella.
Abro la puerta y me encuentro con sus ojos que parecen dos luceros, jamas me he puesto a ver las estrellas, pero creo que es algo semejante a lo que estoy viendo en éste preciso instante.
-Hola.-susurra.-su voz dulce como la miel, sacada del mismísimo panal de abejas.
¿Porqué soy tan cursi?
Nos quedamos viendo unos minutos, minutos que parecen horas, horas que parecen años, años que parecen siglos, y esos siglos me puedo quedar viéndola siete vidas seguidas.
Salgo del trance y musito.
-Pasa.-le invito.-no te quedes ahí.-sonrío.
Pasa y se sienta en mi cama como nerviosa.
-¿Para que me llamaste?.-me mira y yo estoy parado así como idiota.
-Quería hablar solamente.-bajo la cabeza sin saber qué más decir.
¿Para qué le llamé?
-Adrián, no te comportes como un niño, ven, siéntate, dime que te pasa.-me mira con ternura.
Me arrodilo enfrente de ella y cojo sus manos. Esa hermosa electricidad recorre nuestros cuerpos.
-Sabes que me gustas mucho mi ángel, y quisiera intentar tener algo contigo.-no se de dónde saqué la valentía para decirle aquello.
Dalea la cabeza.
-¿Te haz puesto a pensar que es arriesgado?
-Si, y créeme que estoy consciente de ello, pero podemos intentarlo, yo te quiero muchísimo y sé que jamás en mi vida volveré a conocer a alguien como tú, ni buscando cielo, mar y tierra. Por eso... me preguntaba si ¿Quieres concederme el grato honor de ser la hermosa novia de ésta pobre alma que necesita ser curada?¿Quieres ser feliz conmigo?.-sus ojos brillan y sus labios buscan los míos como dando la respuesta a mi pregunta.
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¿Mi Mayor Adicción? Tú
Teen FictionAdrián está metido en un pozo sin salida luego de la muerte de su padre. Las drogas son lo único que le hacen olvidar sus problemas. Hasta que conoce a la pequeña Samaria, la mejor amiga de su hermana menor de trece años, Valeria. Él tiene diecinuev...