Capítulo 6

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- Shh... soy yo - al escuchar su voz mis músculos se relajan e inmediatamente mi captor me libera.

- ¿Qué te pasa, acaso quieres matarme de un susto? - le digo apuntándole con el dedo indice.

- ¿Estas bien?

- ¿ Q-qué?

- Te ves nerviosa...

- ¿Como quieres que no este nerviosa si acabo de ver al oso y tu...

- Espera, ¿viste al oso? ¿donde?

- Cercas de la casa de Janeth.

Y sin siquiera decir nada, ni un adiós, Marcos salio corriendo del comedor. Pude escuchar como la puerta de la entrada se cerraba de un portazo. Eleve ligeramente mis hombros en señal de indiferencia y no le tome importancia.

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11:37 p.m. marcaba mi reloj. Marcos había desaparecido desde la tarde. Aun no había vuelto. Mamá ya estaba comenzando a preocuparse. Al principio no me moleste en salir tras el por una explicación, pero debí haberlo hecho. No me gustaba ver a mamá así.

- No te preocupes, debe andar por ahí con sus amigos - mi tío intentaba tranquilizarla - ya veraz que esta bien.

- Si mamá, no puede haber salido del asentamiento.

- ¿Y si se lo han llevado?

- No lo creo, lo habrían dejado despedirse antes... además no habría dejado su uniforme aquí - al escuchar eso dejó salir un suspiro y se sentó. Lo cual fue un gran progreso. No había parado de ir de un lado al otro en la habitación. - ¿Miriam estas segura de que no dijo nada?

- No, solo salio... no me dijo nada - baje la mirada al suelo. Si tan solo lo hubiera seguido - de todos modos no se porque habría de decírmelo.

De un segundo a otro escuchamos como el cerrojo se abría. Marcos apareció tras la puerta.

- ¡¿Donde estabas?! - mamá le daría un buen sermón, no cabía duda.

- Si me disculpan, debo descansar - no espere la respuesta de nadie. Me dirigí a la escalera y subí por esta. Me adentre en mi habitación y me tire sobre la cama. Rápidamente mis parpados se cerraron y me adentre a un sueño.

**Corría por el bosque, esquivando los obstáculos con los que me iba topando. Estuve apunto de caer algunas veces. Mi cansancio era notorio, pero no pensaba detenerme por nada, ni por el dolor que se producía al pisar con mis pies descalzos. Más tarde que temprano divise un camino por donde transitaban algunos vehículos.

Vehículos militares. Mire hacia ambos lados, pero no lo encontré.

- ¡Marcos!  - grité, pero no hubo respuesta - ¡Marcos! - volví a intentar. Mis ojos se inundaron - Marcos ¿donde estas? - una lagrima logro escapar y rodó por mi mejilla hasta caer al suelo.

Respire profundamente e intenté calmarme. Me lleve una mano al rostro y aparte el casi extinto rastro de la lagrima. - Llegas tarde - gritó alguien desde uno de los enormes vehículos. No podía ser verdad. No podía.

Lleve ambas manos a mi boca y forme una pequeña bocina. No me daría por vencida - ¡Marcos! - espere un par de segundos y volví a gritar - ¡Marcos!

- ¡Marcos! - no había respuesta, comencé a desesperarme - ¡Marcos! - mi voz se quebró - Marcos - deje escapar algunas lagrimas - Marcos, no te vallas - no pude contenerme mas, me deje llevar por mis sentimientos y mis rodillas se estrellaron contra el húmedo suelo - por favor Marcos, por favor, regresa, Marcos, Marcos, Marcos ...**

Abrí mis ojos y me incorpore lentamente. Dejé salir un suspiro y sequé las pocas lagrimas que yacían sobre mi rostro.

- Si no fueras mi hermana creería que estas enamorada de mi.

Me es imposible no sobresaltarme. Busco entre la oscuridad al visitante de mi cuarto, a quien encuentro en una esquina - ¿Qué haces en mi cuarto?

- ¿Sabes que hablas dormida?

¿Hablo dormida? - ¿Qué? claro que no lo hago y ¿tu que...

- Oh si, claro que lo haces - apostaría cualquier cosa porque en su rostro yacía una sonrisa burlona- oh Marcos, no te vallas, por favor, Marcos, oh Marcos - agudizó su voz y junto sus manos cerca de su cara.

- Yo no hablo así.

- Claro que si.

- No es verdad.

- oh, si lo es.

- No lo es y ¿qué haces aquí? son las... - dirijo mi vista al reloj - ...las dos de la mañana.

- Ah, si, vístete no tenemos mucho tiempo - dicho esto me abandonó en la habitación.

¿Acaso no duerme?. Bufé y salí de la cama. Me coloque unos tenis y salí tras él. Llegamos hasta la cocina y me da una mochila - Bien vamonos - abrió la puerta y salio. Estaba a punto de salir detrás de el cuando mis preguntas nacieron.

- Espera, ¿a donde vamos? necesito dormir.

- Shhs... te oirán, vamos por comida.

- ¿Más?, pero si tenemos suficiente, oye por cierto...

- No es para nosotros - me interrumpió.

- ¿ah no?

- No, es para mi - Posé mi atención al dueño de aquella voz aterciopelada que venia de atrás de mi bobo hermano.

Un chico delgado pero no demasiado, no mas alto que Marcos, de oscura cabellera alborotada, cuyos mechones cubrían parte de su frente y orejas. Quizás de unos diez y ocho años.

- Miriam, el es Luck.


My war, Sask Donde viven las historias. Descúbrelo ahora