Desperté y el carro ya no se movía, supongo que era un alto, o tal vez ya habíamos llegado y no me habían despertado, no, no era posible. Abrí los ojos de par en par y si me habían dejado ahí en el carro, no distinguía nada, estaba muy obscuro y había neblina por todos lados, al parecer ya era de noche ¿Pues cuánto había dormido? Intente abrir la puerta pero recordé que solo se quitaba el seguro cuando el motor estaba encendido. No sabía que pensar, no quería pensar lo peor de mi familia pero no me dejaban otra opción, ¿a caso me odiaban tanto? Lloré como nunca, estaba decepcionada y tenía miedo. El lugar era espeluznante, al parecer no había nadie, lo único bueno es que estaba dentro del coche, de alguna manera "protegida". Pero no podía parar de llorar. Me hice bolita y la manija empezó a moverse. ¡ALGUEN INTENTABA ABRIR LA PUERTA! No estaba lista para lo siguiente que ocurriría.
-Hola, ¿Estas bien? Te oí llorar.. No te haré daño- No alcé la vista, era la voz de un chico, no me daba completa confianza -EY, no te hare daño tranquila, quiero ayudarte- Levanté un poco la cabeza y lo vi. Tenía la mano extendida , no era feo, aparentaba la misma edad que yo. Y a pesar de que me daba miedo, era mi oportunidad de salir de ahí, le di la mano y me ayudo a bajar. El lugar parecía estar en la nada, era realmente aterrador. El contacto de su mano y la mía me causo un calor abrumador, una sensación extraña que me recorrió por todo el cuerpo, esperaba no haberme puesto roja. Mientras el cerraba la puerta del auto dijo - Me llamo Alex ¿y tu?- volteo a verme y empezó a caminar, no le tenia tanta confianza pero me daba miedo quedarme sola, y atrás de él. Tenía frío.
-Alejandra, Ale- me frote los brazos, hacia demasiado frio y como si leyera mi mente se quito su chaqueta y me la dio. Me sonrió y me quede paralizada, en otro momento le habría dicho que no. Pero me moría de frio así que la tome -Gracias- le dije mientras sonreía suavemente. Me puse la chaqueta y el frio bajo un poco, no del todo pero disminuyó.
-Un gusto conocerte- realmente no nos conocíamos, me había salvado la vida. La mejor casualidad que me pudo pasar. Tenía una hermosa sonrisa, y sus ojos eran negro, muy profundos, me quede viéndolo unos segundos
-Aquí está tu casa- señalo con la cabeza una casa grande y vieja, daba miedo y no me inspiraba confianza -Por cierto, tu hermano te quiere y mucho, pero no sabe demostrarlo, nos vemos mañana ¿te parece?- Aunque me había salvado no me daba buena espina
-No salgo con gente que no conozco, pero gracias- me quite su chaqueta y se la di, tratando de sonreír amablemente. Para empezar como sabía de mi hermano, quien se creía. Su sonrisa se amplio.
-No soy extraño si te salve la vida- Me guiño un ojo y se dio la vuelta. Me le quede viendo mientras se alejaba. Y aunque no quería, entre a la casa con extremo cuidado, al abrir la puerta mi hermano se paró de golpe y se acerco a mi
-¡Oh Ale! Lo siento tanto, la gasolina se acabó y mamá prometió regresar por ti pero oscureció y ya no quiso salir, perdóname por favor hermana- antes de que pudiera decir algo me abrazó, yo no lo abracé no sabía si creerle o no -Te quiero, aunque nunca lo diga, lo siento- Me vio fijamente y sólo asentí con la cabeza -Tu cuarto esta arriba- siguió hablando mientras caminaba hacia las escaleras -Tus cosas ya estaban arregladas cuando llegamos- Eso no podía ser posible, yo había estado en el auto todo el tiempo. No quería hablar en ese momento, y sólo subí a mi cuarto, ciertamente todo estaba tal y como yo lo habría puesto. Un escalofrío me recorrió la espalda, eso no podía ser verdad...
Pero estaba muy agotada como para aterrorizarme más. Me avente en la cama y mi celular empezó a sonar. Era Liliana, como la extrañaría, respondí
-Hola ¿Cómo estas? yo..- pero antes de que pudiera seguir ella hablo, bastante alterada a mi parecer, al principio no le entendí. Le pedí que se tranquilizara
-¿Cómo que te mudas?- se oía entre enojada y preocupada - Ni si quiera me enteró por ti, un tipo me habla a las 12 de la tarde y me dice que te mudas. Un tal Alex ¿Lo conoces?- me quede muda, eso no podía ser posible si lo acababa de conocer, era.. simplemente era ilógico .. Casi dejo caer el celular -RESPONDEME ALE- Lili sonaba demasiado nerviosa -Menciono a Sergio.. Como sabe de él ¿Y quien es? ¿Lo conoces? ALE.!!- pero no respondí a ninguna de sus preguntas
-Debo colgar lo siento- no entendía nada, deje el celular en el buro y me acosté, no quería dormir, no estaba segura de que ocurría y deje la luz encendida. Mi hermano entro y se sentó a lado mío
-¿Qué pasa Ale?- me acaricio el cabello. Estuve apunto de contarle todo pero no estaba segura de que me creyera así que solo moví la cabeza negando y le dije que quería dormir. Cuando se fue apague la luz y empecé a darle vueltas en mi cabeza a todo, no era lógico, me hice miles de preguntas hasta que me pude quedar dormida...
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No fue una casualidad
Roman pour AdolescentsAle esta confundida, se siente sola cada momento de su vida. ¿Su madre? No es la mejor madre del mundo, y no quiere aceptar que le duele la partida de su esposo ¿Su hermano? Sólo la fastidia, es menor que ella pero no soporta sus estúpidas bromas ¿...