Muchos ya conocerán esa típica historia donde la chica linda y popular, líder del equipo de porristas que salé con el más guapo y patán de toda la escuela; que al conocer al pobre idiota, nerd y anti vida social como yo, le tiene compasión y terminan enamorándose perdidamente. Si, bueno pues lo triste es que esa no es mi historia, primero porque no me gustan las mujeres y segundo, de quien me terminé enamorando, si es que así se le puede decir, fue del novio, alto guapo y patán de ella.
Dice que uno tiene que arriesgarse o se lamentará toda la vida pero, ¿se imaginan sin me llegara a declarar? Es obvio que terminaría siendo molido a golpes en un instante por él y sus amigos.
Así que sinceramente, prefiero vivir una larga, gay y sola vida con mis gatos a si quiera intentar acercarme y dirigirle alguna palabra.
En fin, el año volvía a empezar, un nuevo grupo de clases que me daban una buena y mala noticia: la buena es que no se encontraba ninguno de mis antiguos compañeros en esa clase y era bueno ya que ninguno me agradaba; la mala, es que no se hacer amigos, así que será complicado al momento de hacer trabajos en equipo y esas cosas.
¡No! No es verdad... El apuesto, alto y popular patán novio ha entrado al mismo grupo, pero... ¿cómo? ¿No se supone que es un grupo de cerebritos? No es que me sienta demasiado orgulloso de eso, pero lo soy.
Los guapos y riquillos nunca tienen cerebro. Seguro que compró a los maestros para llegar a esta clase, y no me refiero simplemente al dinero. Si, no puede haber mejor explicación que eso.
Siempre llevo audífonos, como la mayor parte de los adolescentes de la actualidad, nuestro "escudo" para que el mundo se aleje, que nadie nos hable, que pasemos desapercibidos de cualquier humanidad que exista.
Empecé a sentir como si alguien a mi derecha me mirará, al principió ignoré aquello, observando el cielo desde la ventana, pero ese repiqueteo en la nuca no se iba, así que voltee a ver y oh...
Me esta sonriendo... ¿a mi? No, no. Seguro hay alguien fuera de la ventana, detrás de mi, tal vez su novia o alguno de sus amigos. Sí, seguro es eso.
Volteé disimuladamente al otro lado y no había nadie. Entonces...
Miré una vez más hacia él y seguía sonriendo, correspondí con una sonrisa un poco torpe. No quitaba su vista de mí e intente una mirada interrogativa a lo que el me contesto enseguida señalando sus oídos. ¡Ah! me quité los audífonos dejándolos colgados en mi cuello.
-¡Hola! - ¿Me habló? Por primera vez escuché su voz dirigiéndose a mi, espero que no sea de nuevo un tonto sueño y al final despierte y me ponga a llorar una vez más.
-¿Es a mi? -Contesté su saludo, siendo lo único que se encontraba en mi cabeza.
-No hay nadie más.. -Volteé a mi alrededor y en verdad, no había nadie, nadie se encontraba en el salón de clases.
-¿Y los demás? -Era una pregunta más para mi que para algún otro, acostumbrado a que nadie me contestara, me sobresalte un poco cuando él lo hizo.
-Todos se han ido, vino el asistente del profesor y avisó que éste no vendría.
-Wow... ¿y te quedaste para avisarme?
-Si, estoy casi seguro que te habrías quedado mirando por la ventana sin saber el porque no se encontraba nadie más en el salón.
-No sería la primera vez... -Susurré para mi, pero al parecer fue demasiado fuerte ya que ese tipo comenzó a reír.