Una mesa para tres

III

Nuestra primera conversación no fue del todo mal, al menos le contesté el saludo. No seamos pesimistas, para mi personalidad, este es un gran peldaño, un avance demasiado notable. Remontemos nuestras mentes a ese episodio donde le hablamos a nuestro amor por primera vez, por favor.

17 Septiembre, Escuela.

Día gris, día perfecto. Galardonado como mejor amigo en el curso este pequeño hombre que escribe, orgulloso de mi mismo, me invité a un helado en la mitad de receso. Choque mis manos e hice un pequeño brindis; no es soledad, aclaro, es reflexionar contigo mismo.
Faltando 10 minutos para entrar a clase de Química, clase de pocos amigos, me acerqué al pasillo donde aquellas criaturas que sufren de depresión obsesiva se sientan e intentan llamar la atención. No hacía parte de ellos, no era un depresivo obsesivo, pero si quería llamar su atención. De algo tenía que servir el saber los acordes de una guitarra, así que con delicadeza, hice sonar un Do progresivo, pero ni siquiera su rostro cambió, ella siguió su camino. <Amigo mio, intento fallido>
Ahí es donde te preguntas ¿por que en las películas sale tan bien?
El chillido de un gato sonó al fondo de tan semejante fracaso. Sonreí y entre a clase.

<Hey, espera! ¿Donde esta la parte donde ella te habla y suena una canción de Swichfoot detrás de cámaras?>
Calma!
...Mi profesora de Química tenía un pequeño complejo, una obsesión por el café y adivinen que(?) yo era el típico ser de los mandados. Con mi cara arrugada y forzando una pequeña sonrisa salí a la cafetería.
Fue el mejor mandado que he hecho en mi vida.

-Una cafetera se dañó Sra Rebeca. Sólo queda una buena- Dijo Lissa, ella.
-Si hija, lo sé. Tomaré nota.

Después de ella vendría yo y con tal de una mirada o un saludo haría lo que fuese necesario, hasta hacerme quemar con su café y hacer que ella se sintiera culpable.

-Oh! Cuanto lo siento!
-No, tranquila, no fue nada! Estaré bien
-De verdad lo siento, dejame limpiar tu camisa, ¿tienes otra de reserva?
-Si, creo tener una.
<En realidad no la tenía, pero necesitaba entrelazar algunas palabras mas>
-Ok, mañana te buscaré y esta camisa parecerá nueva. Lo prometo!
-Esta bien.
-Bien.
-Hey! ¿No preguntarás como me llamo, ni en qué curso estoy?

Sonrió y siguió camino a la salida.

"Ay Dios! Ese día se meció el planeta unos grados, los mismos que ella marcó en mis ojos, en mi mente, en mi alma."

<Paranoia, sólo eso es>
No, yo diría que es eso de "Amor a primera vista".