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Me quedé impactada.

-Esa silla... ¿Es aquella que está siempre a estado en el sótano?- pregunté dudosa.

Ella sólo volteó y caminó haciendome entender que la siguiera.

Llegamos a la puerta del sótano.

-Está cerrada- exclamé.

Ella sólo hizo algo y el candado se rompió. Entramos, nunca había entrado a este sótano, la única vez que entré fue cuando nos estaban mostrando la casa para mudarnos, esa fue la única vez que vi aquella silla.

-Ahí está- dijo señalando aquella silla que a simple vista da miedo. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Me acerqué.

-Sigo sin entender algo, ¿si te mataron y sufrías aquí por que no dejas esta casa?- pregunté.

-Porque quiero proteger a aquellas niñas o niños inocentes que sus padres no les prestan atención- me respondió.

Yo solo baje la cabeza. Ella tiene razón, mis padres apenas notan que existo. Se las pasan todo el día en el trabajo. Y me dejan sola. Pero ahora que lo pienso, no estoy totalmente sola.

-Tu tienes un poco de suerte, te dan juguetes, tienes un juego de té, yo siempre quise un juego de té - dijo.

Entonces se me ocurrió una idea.

-Si quieres podemos jugar juntas- dije sonriente. Creo que ya la palabra "Miedo" no está dentro de mi.

-¿Enserio?-

-Claro, de todos modos, no tengo con quien jugar-

Ella sólo sonrió y nos dirigimos juntas hacia mi habitación y nos pusimos a jugar toda la tarde, creo que he encontrado a una nueva amiga, aunque ahora que lo pienso, es la única que tengo desde que me mudé.

-¿Te puedo preguntar algo?- la pregunté a mi nueva amiga, aunque sea un espíritu.

-Seguro- me respondió.

-¿Cúal es tu nombre?- de verdad quería saberlo.

-Mi nombre es Vanessa-

-Que lindo nombre-

Siluetas En Las Sombras #PLKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora