Parte 1

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Nada es lo que parece


Las apariencias suelen engañar. Nada es lo que parece y eso lo saben muy bien Lee HyukJae y Lee Donghae

-De nuevo todos obtuvieron las calificaciones más bajas del instituto –Un gran suspiro se escuchó por parte de todos los alumnos presentes –Excepto por el joven HyukJae. Como siempre, obtuvo la puntuación perfecta –El profesor se dirigió al chico antes mencionado y le dirigió una gran sonrisa –HyukJae, muchas felicidades, tu calificación fue perfecta, no tuviste un solo error. El director de la escuela esta consiente de esta hazaña tuya por lo que ha decidido otorgarte una nueva beca para el semestre que viene

Un chico de cabello rubio y grandes lentes miro al profesor y sin sonreír le dirigió unas palabras –Solo hago mi trabajo, profesor

Los compañeros de HyukJae lo miraban con desprecio ¿Quién se creía ese tonto? ¿Qué más se esperaba de un nerd que no tenían vida social?, Seguramente ninguna persona lo quería a su lado, por eso tenía tanto tiempo libre. Los mismos comentarios sin sentido. HyukJae solo hizo lo de siempre. Los ignoro totalmente, nada de lo que las demás personas le dijeran le importaba. Nada de lo que lo rodeaba le interesaba, solo había una cosa que a él realmente le interesaba.

Lee HyukJae era un chico callado, antisocial, no tenía amigos, nadie se le acercaba. Siempre era normal verlo solo en donde estuviera, ya sea comiendo, sentado en las bancas, en educación física. Todos decían que era un chico muy extraño. Las burlas y comentaros negativos dirigidas a él no eran novedad en la universidad St. Bernard. Lo que tampoco era de extrañarse, era la perfecta reputación que HyukJae tenía con los profesores incluyendo al mismo director de la escuela. Sus calificaciones siempre eran las mejores, él siempre representaba a la escuela en torneos a nivel nacional. Otra cosa que tenía HyukJae de especial, es que no era el típico nerd barbero con los maestros, aquellos que andaban tras los profesores para ganar su atención y aprecio. HyukJae trataba a profesores y compañeros por igual, con frialdad e indiferencia.

A muchos chicos en la escuela no les hacía gracia la actitud de aquel chico, era frustrante tener compañeros como él. En más de una vez quisieron darle una lección para que supiera que en la escuela él valía menos que una piedra. Pero algo extraño paso con todos y cada uno de ellos. Todo comenzó en una ocasión, cuando JungMin, un chico de la clase de HyukJae que lo detestaba, lo acorralo mientras salía del baño. Llego junto con otros tres chicos más, típico de los cobardes que eran incapaces de enfrentarse solos a alguien. Ese día sin mediar palabra alguna, golpearon a HyukJae, dejándolo herido. *No fueron más que unos cuantos puñetazos en su estómago y uno en su quijada. Lo normal solo para que supiera cuál era su lugar*, fue lo que dijo JungMin a sus compañeros que al igual que él, no soportaban la idea de que en su escuela hubiera chicos como HyukJae. Como si se tratase de una gran hazaña, muchos halagos fueron dirigidos a JungMin. Pensó que definitivamente, aquel día una nueva leyenda había nacido, sería recordado por todos, el día en el que el gran JungMin puso en su lugar al chico raro y creído de la escuela. Sin embargo, lo que paso al día siguiente, nadie se lo esperaba.

Como cada martes, todos los alumnos de la clase de HyukJae esperaban a que el profesor llegara, la clase que tocaba era humanidades y el profesor solía llegar media hora después. Muchos chicos, tontos y sin cerebro alguno, estaban emocionados por ver llegar al héroe del día anterior y ver la golpeada figura del chico extraño de la clase. Grande fue su sorpresa ver llegar a un HyukJae sin moretón alguno, a excepción de una ligera marca de una abertura en su labio. Solo eso, no había dolor reflejado en el rostro de HyukJae, este seguía inexpresivo, como siempre. Entro y se dirigió a su lugar, tomo asiento, saco un libro y comenzó a leer, como hacia cada martes antes de que el profesor llegara. Después de unos minutos, todos los ojos se dirigieron a la figura de un chico que entraba al salón, llevaba un brazo vendado, un ojo estaba completamente hinchado y morado, su nariz estaba completamente inflamada y su caminar era erróneo, cojeaba de la pierna derecha. JungMin no dijo nada, solo se acercó como pudo a su asiento, se sentó y calló. Desde aquel día, algo similar les pasaba a los que se metían con HyukJae. Nadie sabía cómo o quién, pero alguien protegía a HyukJae.

Apariencias que engañanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora